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La única sobreviviente del derrumbe de Villa Gesell contó su experiencia: "En ningún momento perdí la calma"

Su nombre es María Bonazza y tiene 79 años. Contó su experiencia tras el derrumbe en Villa Gesell y lo que hizo para que la encontraran bajo los escombros.

María Josefa Bonazza tiene 79 años y es la única sobreviviente de aquellos que habían quedado atrapados bajo los escombros tras el derrumbe del hotel de Villa Gesell. Según contó, lograron hallarla ya que logró golpear con una piedra el S.O.S, el código internacional de socorro en Morse.

En diálogo con Clarín, la mujer, que termina de recuperarse en la sala del Hospital Fossati de Balcarce, remarcó: "Le pregunté a Mariano, el bombero que me hablaba, y me dijo que me habían encontrado por eso. Todo el mundo lo tiene que saber, hay universitarios que no saben ni lo que es, y te puede salvar la vida".

Acerca de su marido, Federico Ciocchini, quien tenía 84 años y estaba junto a ella en el derrumbe, expresó: "No sufrió mucho porque fue instantáneo, no sentí una respiración agónica que me dijera que estaba sufriendo. Yo le hablaba: 'Tesoro', fue un derrumbe, ya nos van a venir a rescatar".

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Cabe destacar que ese día la pareja había viajado en remís a Villa Gesell con el objetivo de acondicionar el departamento que tenían en el edificio lindero al Apart Hotel Dubrovnik, ya que lo habían alquilado. Según contó la mujer, habían comido en el centro y ,luego se acostaron.

Pasada la medianoche, relató que los despertó "un ruido ensordecedor; él me preguntó si lo había oído, y después, enseguida, hubo otros dos ruidos como explosiones y se nos vino todo encima. Escuché solo un quejido de él. Quedate tranquilo".

"Se nos viene todo encima y con algún material se forma arriba mío como una forma de cúpula, y sentí que corría aire, de un lado y de otro, sabía que podía respirar, entonces le dije a Fede que nos quedemos tranquilos, nos tenemos que quedar quietos. Ya no me contestó", rememoró.

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Y continuó: "En ningún momento perdí la calma porque tenía la certeza que nos iban a salvar. Todavía no sabía que mi maridito había muerto. Decidí que no tenía que gastar energía, y de pronto sentí una sirena lejana. ¡No te puedo explicar la emoción que sentí cuando la escuché!"

"Me quedé quietita esperando algún ruido y cuando escuché algo, sabiendo que podía respirar, comencé con los gritos. Respondan si me escuchan, repetía. Empecé a manotear y encontré la piedra. Empecé a hacer el código Morse con la piedra: ta ta ta... taaa taaa taaa... ta ta ta... Así supieron que había una persona consciente del otro lado y pidiendo ayuda", narró la mujer.

Bonazza estuvo 10 horas bajo los escombros y apenas sufrió una pequeña fractura en el radio del brazo derecho, algunos magullones y raspaduras.

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