Rafael Ángel Carrillo Rodríguez llegó a la Argentina desde Venezuela, trabajó en un supermercado de Quilmes y secuestró al empresario que le dio empleo, quien fue liberado después de que su familia pagara un rescate de 65.000 dólares en bitcoins. Fue condenado a trece años de cárcel.
Poco tiempo después de llegar al país, Carrillo Rodríguez se instaló en una pensión de Quilmes y consiguió trabajo como repositor en un supermercado. Tras renunciar, se interesó en el negocio de las criptomonedas.
Como no consiguió otro empleo como vigilador, que era lo que buscaba, volvió a pedirle al supermercadista el trabajo, pero él le dijo que ya había contratado a otro repositor. Sin embargo, lo recomendó a su hermano, dueño de una empresa constructora, donde trabajo alrededor de cuatro meses.
Carrillo Rodríguez dejó de trabajar para el hermano de Moscuzza porque dijo que se iba a dedicar al negocio de las criptomonedas. Además, en ese momento estaba de novio con la encargada del supermercado, con quien tuvo un hijo.
Fue en medio de la pandemia por el coronavirus, en octubre de 2020, que participó del secuestro del supermercadista que le dio empleo, y antes de que lo atraparan huyó a su país natal, donde finalmente lograron detenerlo. Según informó La Nación, ras admitir su participación en el crimen, fue condenado a la pena de 13 años y cuatro meses de cárcel por los delitos de secuestro y “porte ilícito de arma de fuego.
La víctima estuvo cautiva cinco días y su secuestro finalizó después de que su hermano hiciera cuatro transferencias de bitcoins por un valor de 65.000 dólares. Después de esto, él y su familia se fueron de Argentina.
Cabe destacar que el próximo martes el Tribunal Oral Federal (TOF) N°2 de La Plata comenzará a juzgar a otros cuatro supuestos partícipes del secuestro extorsivo. El debate tiene previstas 12 audiencias entre el 27 de este mes y el 9 de abril próximos.
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