La baja natalidad es una problemática que se profundiza con el correr de los años en muchos países del mundo y el fenómeno es cada vez más visible en la Argentina. Esta situación, con menos chicos que nacen, genera incógnitas de cara al futuro en distintos niveles, por lo que los especialistas buscan respuestas para encarar el tema, dadas las dificultades en el plano social y económico que implicará en el mediano plazo.
La caída de la natalidad ya impacta en la región en áreas como educación, salud y comercio
Hay jardines y escuelas primarias a las que les sobran vacantes por primera vez desde que se crearon. Las salas de maternidad tienen menos presión que en otras épocas. Las pañaleras ya no son negocio.
Por lo pronto, las estadísticas son elocuentes. Por caso, recientemente la Ciudad de Buenos Aires alcanzó el piso histórico en la evolución de la fecundidad, dado que, según el nuevo Informe del Instituto de Estadística y Censo porteño (IDECBA), la Tasa Global de Fecundidad (TGF) cayó en 2023 a 1,09 hijos/as por mujer, el nivel más bajo registrado en el distrito desde que hay cifras. La tasa de reemplazo, para garantizar que la población no decrezca, debería ser de 2,1 hijos por mujer.
En 2006 los números mostraban una tasa de 1,86 hijos por mujer, dato que confirma una tendencia que se acentuó en las últimas décadas y que se palpa en todo el país: nacen menos niños y, a la par, se da un fenómeno ligado: que las mujeres eligen ser madres a edades más avanzadas.
En ese sentido, una de las claves que se especifican, y que exponen los números porteños, es la marcada reducción del embarazo adolescente. La tasa de fecundidad en mujeres de 15 a 19 años descendió de 33,7 nacimientos por cada mil mujeres en 2011 a 6,4 en 2023, una baja considerable.
Las razones son varias, y entre ellas se resaltan las mejoras en educación sexual, que justamente tuvo un puntal central cuando se estableció la ley en 2006, y que posibilitó la confección del programa de Educación Sexual Integral en todos los niveles escolares.
A lo que se añadió, en 2020, la ley de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, que también brindó elementos para evitar el embarazo adolescente.
Frente a ese panorama, hoy la mayor concentración de nacimientos se presenta en el rango etario de mujeres de 30 a 39 años, muy superior al registro de tiempos previos, siendo en general las primerizas con 31 años en promedio.
Esto puede llevar a consecuencias complejas hacia delante. Porque desde la década del ‘90 la fecundidad está en baja, y particularmente en la Ciudad de Buenos Aires se mantiene por debajo del umbral de reemplazo generacional, algo clave en el plano económico y social. Mientras que en 2006 la edad media de las madres era de 29,3 años, en 2023 alcanzó los 32,4 años. “La evolución de la estructura de la fecundidad por edad evidencia que la mayor concentración de nacimientos ocurre cada vez en edades más tardías”, detalló el Informe IDECBA.
La baja matrícula en escuelas y jardines del Conurbano
Muchas escuelas y jardines del conurbano ya viven una problemática inédita, impensada hasta hace solo algunos años: la baja en la matrícula que llega al punto de obligar a algunas escuelas a cerrar cursos. Esto se viene dando en Capital Federal y ya pasa en distritos del primer o segundo cordón del conurbano. No ocurre lo mismo en distritos en los que crece la población por “migración interna”, como podrían ser los casos de San Vicente o Ezeiza.
En plena etapa de inscripción, son varios los jardines de infantes de la zona sur del conurbano bonaerense que atraviesan esta dificultad para diseñar un programa en base a un aula nutrida. Y eso deriva en sus consecuencias en el primer grado de las escuelas, que también observan una merma en la cantidad de chicos.
“La realidad es que hace un par de años que bajó mucho la matrícula en el primer grado. Una de las consecuencias es que en mi escuela se cerró un grado ya que había entre los dos 1ros una docena de nenes", afirmó Claudia, integrante de una escuela de Primaria de Banfield, en diálogo con El Diario Sur.
Lorena, que trabaja en un jardín de infantes de Llavallol, coincide con la apreciación. "Desde hace muchos años que se viene con una matrícula baja, pero desde hace dos años bajó mucho más la cantidad. Sabemos que mucho tiene que ver la natalidad baja, está comprobado eso, y es una realidad en todos los jardines de la zona", señaló.
“En las salas estamos cada vez con menos chicos y, por más que nos querramos ayudar entre un jardín y otro para pasarnos matrícula, la realidad es que no es fácil. Creo que está pasando en muchos jardines, tanto públicos como privados”, aclaró.
Impacto en los centros de salud: “Este fenómeno se nota con mayor claridad en la última década”
El Diario Sur también dialogó sobre el tema con Gustavo Gigena, quien tiene 64 años, trabaja como jefe de Neonatología en Clínica Monte Grande y es Subdirector del Canning Health Institute. El profesional explicó cómo se ve el panorama de la baja de natalidad dentro de estos centros de la salud de la región.
“Efectivamente hay una disminución de la tasa de natalidad que se remonta a las últimas dos décadas. Este fenómeno se nota con mayor claridad en la última década y no ocurre solo en nuestro país”, aseguró.
Y continuó: “La caída de las tasas de fertilidad y fecundidad son un reflejo del estado social y económico del país”. Sobre esto aclaró: “La posibilidad actual de terapias anticonceptivas al alcance de la población, la ley 27.610 de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), la mayor integración de la mujer en la conformación de la fuerza laboral, la posibilidad de educarse y abastecerse económicamente, posterga la maternidad”.
“A su vez hoy muchas mujeres se animan a tomar la decisión de no tener hijos, algo aceptado en gran medida actualmente por la sociedad y cuestionados parcialmente años atrás. La gente espera para tener hijos y cuando eso sucede, termina teniendo menos hijos”, remarcó.
A pesar de esto, sostuvo que la baja en la tasa de natalidad “no afecta de ninguna manera el funcionamiento de la institución, sobre todo porque el Servicio de Obstetricia maneja un elevado porcentaje de embarazos de alto riesgo, derivados por profesionales de otras instituciones y porque en concordancia con lo anterior, la Unidad de Neonatologia brinda respuesta a la mayor parte de la problemática neonatal”.
Los productos para bebés, un negocio en baja
Otra área en la cual se nota la baja de natalidad es en los comercios que se dedican a indumentaria y productos para bebés, según aseguraron desde dos locales de la región.
“Se nota mucho desde el año 2024, cuando empezó a bajar bastante la venta en lo que es bebés recién nacidos y bebitos de hasta 3 años”, sostuvo Selly, quien trabaja en Margot, en Monte Grande. Y añadió: “Está difícil tener hijos, todo cuesta muchísimo, desde pañales, ropa… Hoy por hoy se piensa mucho más en eso”.
“Hoy todos compran lo básico o lo que tienen que reponer, van viendo lo que les regalan en el baby shower y a partir de ahí ven lo que falta a medida que el bebé va creciendo, reponiendo lo que le va quedando chico”, destacó.
Por su parte, Valentina, de “Mini Héroes”, un comercio que también se encuentra ubicado en Monte Grande, sostuvo: “La temporada pasada la verdad es que tuvo un poco más de ventas que esta, más que nada lo que fue invierno, quizás salen más pijamas o pantuflas y cosas de niño más grande y de bebé no tanto”.
“Personalmente creo la mayoría de mis amigos no tienen tan a flor de piel el deseo de tener hijos o familia, y quizás buscan otras cosas, quizás viajar más o trabajar, pienso que esa es la causa”, opinó.
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