La vecina de Berazategui Mirian Cao volvió de las Islas Malvinas, donde compitió en una nueva edición de la maratón más austral del mundo. Se trató de su quinta oportunidad en el territorio insular en poco más de una década, y cada vez que retorna remarca su satisfacción por el logro de haber llegado; su orgullo por la oportunidad de haber ido; y su reconocimiento, por la memoria que intenta exponer, dado que es hermana de un veterano de guerra, Marcelo Cao.
Atleta y hermana de un veterano de guerra de la región compitió en la maratón de Malvinas
Mirian Cao, oriunda de Berazategui, compitió en la maratón más austral del mundo en las Islas Malvinas. Es hermana de un veterano de guerra, Marcelo Cao.
En esta ocasión, a diferencia de las anteriores, la vecina corrió con un inconveniente mayor, dado que sufrió un accidente semanas antes de la competencia que derivó en una fractura de tobillo, algo que demandó una recuperación récord para tratar de estar en la carrera. "Esto no lo tomo como una costumbre. Es simplemente reivindicar la soberanía nacional y el reclamo, en paz", señaló la atleta en diálogo con El Diario Sur.
Fueron tres semanas intensas las que atravesó Mirian, en las que afrontó diversos desafíos, desde el traslado hacia las Islas Malvinas, pasando por Chile, hasta la propia carrera de 42 kilómetros, que revisten un desafío intenso. Sobre el itinerario de viaje, puntualizó que se hizo en tres tramos, porque primero se viajó desde Buenos Aires hasta Santiago de Chile, y luego desde la capital trasandina hasta Punta Arenas, para finalmente recalar en las islas. "Es muy cansador, agota, pero muy lindo hacerlo", señaló.
En cuanto al certamen en sí, afirmó lo siguiente: "La realidad que en cualquier carrera en la Patagonia hace frío y se necesitan campera y medias térmicas, pantalón y calza, pero en Malvinas todo se potencia. Por la isla en sí, por los vientos de todo tipo, por el clima hostil". Y añadió: "Este año fue un poco más accesible, pero son 42 kilómetros intensos donde puede haber de todo, desde viento y lluvia hasta granizo, como me pasó en 2023. Y a eso hay que sumarle la cuestión de la altimetría, los desniveles, que generan un cansancio mayor".
Una maratón intensa
"En esta oportunidad cambiaron un poco el diagrama del recorrido y se repitió cuatro veces el mismo itinerario. Por ejemplo, en los primeros 6 kilómetros había una subida muy pronunciada, y después tocaba una bajada difícil detrás de donde está el hospital de Puerto Argentino. La verdad que hay que tener una cabeza muy fuerte. Y yo iba con un condimento porque me fui con una placa y ocho tornillos por la fractura", describió.
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Ya posándose en por qué realiza este tipo de emprendimiento, aclaró: "Mi hermano fue a la guerra cuando yo tenía 9 años. Y él decidió no contar nada, pero siempre él fue lo más para mí, porque estuvo ahí. Crecí con eso, con ver que Malvinas era un punto chiquito en el mapa de Argentina". Y añadió, asociando el deporte: "A mi siempre me gustó correr, me hacía bien, especialmente después atravesar un problema serio de salud como es un cáncer, y vi que había una maratón en Malvinas, me fijé para viajar y fui".
Se trató de la edición 20 de la competencia, allá por 2013. "Había corrido antes en la maratón de Buenos Aires. Todo con los chequeos médicos, para ver cómo reaccionaba mi cuerpo, todo a pulmón. Y en esa ocasión le dije a mis hijos que me iba para Malvinas", comentó, sobre una labor que le posibilitó llegar en el quinto lugar general y primera entre los argentinos. "Yo no voy por los tiempos y las marcas. Mi intención siempre fue, además de la carrera, correr y visibilizar el reclamo de soberanía, tanto de las propias islas como del atlántico sur. Cargaba un montón de cosas conmigo, la mochila iba con mucho dolor y volvió más vacía", especificó sobre su sensación inicial y lo que transcurrió después de aquel momento estelar.
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Y así repitió la fórmula cada vez que fue. Un ciclo que ella describe así: "Siempre que toca la maratón, me adapto para ya enfocarme rápidamente en la siguiente. Ahora me adapto después de lo que fue la última, y pienso en la que viene".
¿Qué le dijo su familia en aquel instante? "Mi mamá todavía vivía en 2013. Ya era muy mayor y lo único que me respondió fue un 'sufrí mucho cuando tu hermano partió a la guerra', y me abrazó", afirmó. Y siguió en torno a su hermano: "Marcelo no quiso que le cuente nada en ese momento. Pero después de los 40 años desde la guerra, ahí recién pudo ver y me dijo que yo entendía más que nadie lo que él había sufrido el día a día y el respeto hacia sus silencios".
Apoyo de toda la familia
Por último, se enfocó en su familia, tanto sus hijos como Jorge, su pareja, con quien emprendió las últimas excursiones a Malvinas y le facilita determinados elementos de apoyo. "Lloran y se rien conmigo con lo que voy viviendo. El amor y el apoyo es fundamental para avanzar y salir adelante", aclaró.
Ese amor es fundamental para atravesar el desafío, porque, dadas las circunstancias, ella no puede llevar insignias patrias en la competencia. "Ellos lo toman como una provocación. Y eso te hace sentir acéfalo de manos, piernas y corazón por no poder ir con nada", aclaró, sobre la carrera, aunque resaltó que en un par de maratones llevó una bandera grande.
Por lo pronto, para marcar un guiño a sí mismo, recalca un artilugio. Y radica en decir, cada vez que le preguntan en Malvinas de dónde es, que vive en Buenos Aires, no en Argentina. "Es una manera de decir que no me fui del continente, que sigo en el país. Es un juego de palabras que me hace sentir bien", completó.