El lunes comienzan las clases en las Escuelas Secundarias de la Provincia de Buenos Aires y los alumnos del último año preparan los festejos del UPD, el Ultimo Primer Día, una práctica que fue ganando terreno y que ya se hace costumbre en los primeros días de marzo y que en muchos casos genera preocupación ante posibles excesos por parte de los adolescentes.
La celebración en la noche previa, que hace pocos años mostraba una juntada entre amigos, cántico y un poco de bebidas en alguna plaza, hoy ya cuenta con una organización tal que se establecen recorridos y hasta se definen qué hacer, qué llevar y cómo comportarse en determinados lugares antes de emprender el viaje a la escuela para el primer día de clases.
"Es un festejo por estar viviendo nuestro último año. Esto nos llena de emoción y también lo vivimos con un poco de tristeza al saber que es nuestro último año todos juntos", afirmó Camila Charo, estudiante del Colegio Amancio Alcorta de Burzaco, quien destacó que, junto a sus compañeros, se asociaron con otros jóvenes de varias instituciones educativas para organizar el UPD.
"Se suele organizar con varios meses de anticipación. Se va contactando con colegios de la zona para ir viendo lugares, precios, Dj, entre otras cosas. En nuestro caso, nosotros lo hacemos junto al Colegio San José, el Greenfield, el Sol, Latino e Inmaculada, todos de Burzaco", indicó en diálogo con El Diario Sur. Y añadió: "A diferencia de otras fiestas, el UPD se hace con los colegios de tu zona y no se suelen mezclar entre localidades. Incluso algunos colegios optan por hacerlo privado sólo con su curso".
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¿Qué habrá en el UPD? "Nosotros realizamos una previa antes del UPD en sí, sólo con nuestros compañeros, para después ir todos juntos a éste otro. Ya en la fiesta, tenemos pensado hacer juegos y otras variantes como la kiss cam y la shot cam -un marco de cartón que va enfocando para determinar quién toma una bebida-", aclaró.
Y recalcó la tradición general: "Una vez finalizado, al volver, la costumbre es colgar la bandera de nuestro colegio en la Plaza de Burzaco -Manuel Belgrano-, y de ahí hacer un estilo de 'caravana' hacia el colegio, al horario que los demás cursos estén entrando. Todo esto se va ir grabando y subiendo a la cuenta de Instagram de nuestra Promo".
La expectativa, entonces, está puesta en el lunes, y las autoridades de los colegios, como en este caso el Amancio Alcorta, están avisados, algo que deriva en la posibilidad de ingresar un poco más tarde. ¿Y los padres? "Los papás la mayoría se lo toman a bien, incluso acompañándonos y ayudándonos con el tema de la organización", señaló Camila.
Por lo pronto, para ella y sus compañeros no se trata de la previa del viaje de fin de año, en el que se ponen muchas expectativas. "Es simplemente un festejo por estar viviendo nuestro ultimo año. Tratamos de organizar estas cosas, estando en cada detalle para poder vivirlo como un buen recuerdo del ultimo año que nos queda juntos", remarcó.
Desde las escuelas
Los chicos disfrutan de esta oportunidad, y desde las escuelas, tanto profesores como directivos, comprenden la instancia. Así lo recalcó Cristian De La Torre, director de la Escuela Técnica N°1 de Monte Grande, que puntualizó que "no es algo que organiza la escuela, pero que genera una etapa de apropiación por parte de los chicos".
"Esta es una práctica que no realiza u organiza la escuela ya que se lleva a cabo fuera de la institución, pero que a su vez genera una más de las etapas de apropiación por los chicos ya que ellos lo planean hasta 2 años antes de llegar a este día en algunos casos", comentó.
Y así es como manifestó cuál será la labor del establecimiento educativo. "Desde nuestra función buscamos generar un espacio con los alumnos y sus familias donde el eje sea el cuidado y bienestar de los chicos, sin olvidar que para ellos es una fiesta", afirmó.
Y remarcó: "El principio fundamental es el trabajo previo de las preceptoras que se contactan con la familia y los chicos para reforzar el concepto de celebración, donde postulamos el 'nos cuidamos todos', incluido en los acuerdos de convivencia".
Es cierto que en ocasiones ocurrió que hubo que actuar a partir de cómo llegaban los chicos a la escuela. "Ya que en general se juntan la noche previa y en muchos casos los alumnos ingresan a la escuela directo, sin dormir, sucedió que en ciertos casos se tuvo que llamar a las familias, debido a que se dormían en clase", consideró.
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Pero no dejó de valorar la chance del festejo. Y coincidió con Camila en ese sentido, al señalar: "Lo fundamental es que los chicos vivan esta etapa y sea un recuerdo más, de esos lindos que te deja la Secundaria".