Si bien desde siempre Argentina se caracterizó por ser el país de la carne vacuna, en los últimos tiempos hubo un crecimiento notable en el consumo de pollo, algo que quedó plasmado con un hecho inédito: por primera vez en la historia la población, en promedio, comió más la carne blanca que la roja.
Histórico aumento del consumo de pollo: en las carnicerías del Conurbano se dio vuelta la balanza
Por primera vez en la historia argentina, el consumo anual de carne de pollo superó al de vaca. Los carniceros del Conurbano lo ven con preocupación.
Según datos recientes proporcionados por el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), el consumo anual de pollo alcanza actualmente los 47 kilos por persona, un registro que marca un cambio profundo en los hábitos de alimentación en la población.
Este fenómeno tiene una explicación clara. Se trata del precio, sí, aunque también hay algunos otros argumentos. Y en el conurbano bonaerense se confirma esa tendencia, porque los propios vendedores exponen que es una “opción más accesible” en comparación con otros productos.
“Hubo crecimiento, sin dudas, si bien no se nota tanto en grandes escalas. Pero sí hubo alza muy importante en lo es que la venta de milanesas de pollo y lo que es suprema”, señaló Nahuel Logatto, de la Carnicería Claudio, ubicada en Remedios de Escalada. Y lo estipuló en cifras: “Se notó un crecimiento del 30 por ciento en los últimos meses, mientras que la carne quedó en los mismos niveles, e incluso hay semanas, a fin de mes especialmente, que cae un 10 por ciento la venta”.
Claudio Romero, de la carnicería Juan Manuel, en el límite entre Lanús y Lomas de Zamora, va en sintonía con ese criterio. “Desde hace ya años que vendo más kilos de pollo que carne vacuna. Por ejemplo yo antes vendía una media res por día, que son cerca de 80 kilos, y cuatro o cinco cajones de pollos en una jornada, que son entre 80 y 100 kilos. Ahora vendo tres medias reses semanales –unos 35 kilos de carne diarios- y pollo sigo vendiendo cuatro cajones diarios”, comentó.
Allí se evidencia cómo la búsqueda de mayor consumo de pollo se alía con la baja del consumo de la carne vacuna. “Con respecto al año pasado la baja de la venta de carne ronda un 25 por ciento mientras que del pollo no sólo que se afirmó sino que aumentó”, puntualizó Nahuel.
Los precios, en ese sentido, son elocuentes, porque el kilo de pollo está menos de 10 mil pesos, mientras que el de carne, dependiendo el corte, ronda los 15 mil.
“Yo adjudico gran parte a la situación económica pero también hay una tendencia en considerar al pollo como mejor que la carne, porque la carne vacuna tiene más grasa. Por un lado está la cuestión de la plata pero también la del cuidado físico”, cerró.
Los consumidores destacan la “versatilidad” del pollo
Una de las cuestiones a las que más se le presta atención a la hora de consumir pollo es su adaptabilidad a las comidas y todo lo que se puede hacer, dependiendo las circunstancias.
Allí entra a tallar la urgencia del momento y el bolsillo. “Se ve mucho el cambio de producto según la época del mes. En la segunda quincena se nota qué productos se comen. Dependen las zonas, pero más para fin de mes la gente va a consumir más la parte de la alita, el menudo, la parte más económica, u otros productos como el hígado, que son cortes más económicos”, aclaró.
“El pollo sale parejo. La verdad es que se vende todo, no hay desperdicio”, completó Claudio Romero.
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