“El nivel es muy bueno y me ayuda a mí para acercarme lo mejor posible al fútbol profesional otra vez”, dijo Luciano Balbi, quien a sus 33 años quedó libre de Brown de Adrogué y juega para el Junior de Saint Thomas Este Oeste Verde en Canning. “Intenté buscar oportunidades afuera o en otra categoría. Los equipos del ascenso se fueron armando, lo que me cerró algunas puertas. Me entreno solo y juego para mantenerme”, contó en diálogo con El Diario Sur.
Un jugador de fútbol profesional juega en Canning hasta encontrar club: "Me sorprendió el nivel"
Luciano Balbi le ganó una final al River de Gallardo con Huracán, fue campeón de la Copa Sudamericana con Lanús y ahora, a los 33 años, juega en Canning tras haber quedado libre de Brown de Adrogué.
Luciano Balbi viene de disputar su mejor temporada desde que regresó al fútbol argentino en Brown de Adrogué, donde jugó 26 partidos y convirtió un gol. El rosarino de 33 años tiene un gran recorrido en Primera División, donde ganó una Copa Sudamericana con Lanús en 2013 y una Supercopa Argentina en Huracán ante River en 2015.
Balbi llegó desde Rosario a Buenos Aires a los 15 años para jugar en las divisiones inferiores de Lanús, donde debutó en Primera. “Me vine solo para vivir en la pensión. No fue nada fácil, pero es una linda experiencia. Con el diario del lunes puedo decir que ese sacrificio valió la pena”, señaló el futbolista. “Si bien estaba el nerviosismo lógico, siempre fui de disfrutar mucho adentro y afuera de la cancha, me lo tomé con mucha calma”, comentó sobre su debut en 2010, en una victoria por 1 a 0 ante Tigre.
En Lanús jugó 60 partidos y fue parte del plantel campeón de la Copa Sudamericana, pero “no tenía mucha participación y apenas fui al banco un par de veces”. Tras un paso en Ecuador, regresó para jugar en Huracán. “Fue otra cosa, ese año y medio viví momentos muy lindos”, rememoró.
Con la camiseta del Globo, Balbi fue campeón de la Supercopa Argentina ante un River que era dirigido por el ídolo millonario Marcelo Gallardo, en un partido que jugó los 90 minutos. “Lo obtuvimos meritoriamente. Es un partido muy difícil en el que la presión la tiene el equipo grande, que es el favorito. Pudimos hacerles un gol rápido y lo aguantamos bien y lo ganamos”, remarcó.
Luciano Balbi también tiene un recorrido en el fútbol europeo, donde jugó en el Real Valladolid y el Extremadura (España), Panetolikos (Grecia) e Inter Turku (Finlandia). “Fue raro. Nunca pensé que podía llegar allá, pero fue una experiencia positiva”, destacó sobre su paso por el desconocido fútbol finlandés. “Venía de una lesión muy importante en España y me sirvió para recuperar ritmo y volver a jugar”, sostuvo.
Leé también: Lo quiso River, pero se lo ocultaron: el campeón del ascenso que la rompe en San Eliseo
En Finlandia vivió unos pocos meses antes de mudarse a Grecia. “Me llamó mucho la atención el respeto que había en la cotidianeidad de su sociedad. Allá (en Finlandia), la gente encuentra cosas que otras personas se olvidaron en la calle o en una plaza y las deja ahí hasta que vuelva el dueño. Debería ser algo común, pero no lo es”, puntualizó. “Me gustaba mucho poder ir a entrenar en bicicleta, que era algo muy normal en ellos”, agregó.
Tras su experiencia en Europa, regresó al país en el 2020 en medio de la pandemia, donde se mudó con su pareja a la localidad de Lanús para jugar en Temperley. Luego pasó por Ferro y Brown. Ahora, juega en la liga de countries de Canning para mantenerse futbolísticamente.
“Lo de Venezuela pudo haber sido una catástrofe”
El jugador de 33 años, en su paso por Huracán, viajó con la delegación a Venezuela para conseguir la clasificación a la siguiente llave de la Copa Libertadores ante Caracas. El Globo perdió, pero pasó. “Cuando regresábamos en el micro vino el entrenador a decirnos que se quedó sin frenos y que nos vayamos todos para atrás”, recordó Balbi.
“Veníamos charlando, tomando mates y de repente esto, a mucha velocidad en una autopista”, relató. El micro volcó y algunos jugadores resultaron heridos. “Yo tuve un corte en el brazo, no fue tanto”, señaló. A Patricio Toranzo le amputaron cuatro dedos de uno de sus pies debido al accidente. “Nunca terminas de caer por lo que pasamos, pudo haber sido una catástrofe”, resaltó.