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La odisea de conseguir plomero en Canning: un estudio confirmó que es un oficio en vías de extinción

Según una encuesta, casi no hay plomeros menores de 35 años y hay una escasez de evidente de estos trabajadores en Canning.

Un estudio reveló algo que los vecinos de Canning tienen en claro hace muchos años: conseguir un plomeros es prácticamente una odisea (y también un dolor de bolsillo). Hay una marcada escasez de trabajadores que presten estos servicios, y que son fundamentales para tareas tan habituales como cambiar un cuerito, destapar un caño o arreglar una mochila de un inodoro.

El estudio fue realizado por Amanco Wavin, la empresa de construcción e infraestructura de la firma Orbia, que consultó a más de 200 profesionales en todo el país. Los resultados reflejan una preocupante ausencia de jóvenes plomeros, con una casi inexistencia en el rango de edad de 18 a 25 años. Según el estudio, la mayoría de los plomeros se concentran en los grupos de edad entre 46 y 55 años (41%), seguidos por los de 36 a 45 años (24,7%) y 26 a 35 años (13,4%). Además, la profesión muestra una marcada tendencia masculina, con un 97,8% de hombres en el campo.

Al respecto Juan Gabriel Montenegro, dedicado a la plomería hace 15 años, oriundo de Ezeiza, en diálogo con El Diario Sur, expresó: “Yo trabajo solo porque he intentado tener gente para que aprenda el oficio pero no me resultó, no les noto interés ni compromiso, es difícil encontrar un chico que se dedique y quiera aprender”. Además, el hombre de 37 años aseguró que la plomería es un oficio muy requerido: “Yo empecé de chico con un albañil, pero él tenía mucho más trabajo de plomería y por eso ayudando aprendí rápido. La plomería en la casa siempre es necesaria, es un trabajo solicitado”.

Por su parte Lucas Rolón, quien también se dedica a la plomería en la zona de Almirante Brown, consideró: “Los oficios manuales se están eligiendo menos porque creo que los jóvenes prefieren trabajos de tecnología o empleos online que no implican fuerza ni exposición a la intemperie”. Además, contó que la mayoría de sus colegas superan los 45 años de edad y marcó a la herrería como otro servicio en vías de extinción. “El tema es que la tecnología todavía no resuelve un caño pinchado”, concluyó.

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“La tecnología todavía no resuelve un caño pinchado”, dice el plomero Lucas Rolón.  

“La tecnología todavía no resuelve un caño pinchado”, dice el plomero Lucas Rolón.

Los plomeros en Canning son agua en el desierto

La escasez de plomeros a nivel nacional tiene su claro reflejo en Canning, donde además se suma una amplia demanda por la gran cantidad de casas en construcción o refacción en los countries de la ciudad. En grupos de WhatsApp de countristas se lee a menudo como una súplica: “¿Algún plomero de confianza para recomendar?”

Maximiliano Giannantonio, vicepresidente del country Solar del Bosque, en diálogo con El Diario Sur, contó: “En el barrio, si hablás con los vecinos te dicen que electricista, plomero y gasista no hay, en ningún barrio se consiguen trabajadores particulares”.

En este sentido, Giannantonio contó que muchos vecinos consiguen quien les haga los trabajos a partir de las constructoras que se encuentran en los barrios.

Por su parte, Leonardo Gomila, presidente de Echeverría del Lago, consideró: “Entiendo que hay déficit en varios tipos de trabajos, hace mucho tiempo esos oficios se fueron terminando y es una lástima porque hay mucho trabajo”.

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“He intentado tener gente para que aprenda el oficio pero no me resultó”, asegura Juan Montenegro, plomero de Ezeiza.

“He intentado tener gente para que aprenda el oficio pero no me resultó”, asegura Juan Montenegro, plomero de Ezeiza.

Por la escasez y el “impuesto Canning”, los precios son muy elevados

La falta de especialistas en plomería y la alta demanda redundan en precios elevados. Y a eso hay que sumarle lo que El Diario Sur denomina el “impuesto Canning”, un sobrecosto que algunos profesionales suelen aplicar a los countristas. En ese sentido, Leonardo Gomila, presidente de Echeverría del Lago, matizó: “Hay gente que te pasa precios excesivos y te da plazo dentro de dos meses, y gente que ofrece cosas más lógicas”.

Mientras que Maximiliano Giannantonio, de Solar del Bosque, sumó: “A nivel casa, hay presupuestos muy variados, de 500 mil a 100 mil pesos por el mismo servicio”. Y luego añadió: “Para trabajar en los barrios de Canning muchos te cobran más porque dicen que tienen que sumar el viaje, los costos de los seguros de vehículos y de ellos mismos para poder ingresar”.

Por su parte, Juan Gabriel Montenegro, plomero de Ezeiza, contó que hay una lista de precios informal que se comparte entre quienes se dedican al oficio para tener un acuerdo básico. “Yo me manejo con esos precios para no regalar el trabajo pero tampoco cobrar cualquier cosa”, dijo y enumeró algunos precios de trabajos usuales que solo se refieren a la mano de obra: un cambio de flexible entre 8 mil y 10 mil pesos, una reparación de una mochila que no corta la circulación de agua 15 mil pesos.

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