El bien favorito de los argentinos es una ganga: el dólar blue está apenas unas chirolas arriba de los mil pesos. Hace algunos meses llegó a estar por encima de los 1.600 pesos. Para los que solo hemos tenido vida económica en este siglo, los que, entre otras cosas, recién salimos campeones del mundo primera vez en Qatar 2022, es un fenómeno inédito. Ver que el dólar baja de forma sostenida es tan extraño como Racing ganando una copa internacional: cosas de otras épocas.
El veranito cambiario, Kueider y el recorte de PAMI: cambios que impresionan
Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).
El que apostó al dólar este año perdió. Los que tuvieron acceso a algún otro mecanismo financiero ganaron. Algunos, en el camino, habrán hecho diferencias millonarias en el mercado de capitales. Otros, en tanto, pudieron blanquear propiedades y ahorros prácticamente sin costo.
La fiesta del dólar no se agota en las transacciones financieras sino que también tiene su correlato en los viajes al exterior (ya mismo los feeds de Instagram están inundados de fotos en Brasil) y de las nuevas compras por Internet afuera del país sin aranceles para montos menores de 400 dólares. Es una auténtica fiesta del dólar a mil.
Javier Milei lo celebró esta semana llamando “mandriles” a los que desconfiaban en que el tipo de cambio paralelo podía unificarse con el oficial, como está ocurriendo. El ministro de Economía, Luis Caputo, lo atribuyó al superávit fiscal, comercial y energético que logró el Gobierno en su primer año de gestión.
“Quizás es shockeante porque todo esto pasó en un año, pero la realidad es que el cambio que se vivió en este último año es impresionante y eso lo reflejan las variables reales y financieras y el tipo de cambio es una de ellas”, sostuvo Caputo, que negó que esta situación de dólar barato presagiara una inminente devaluación. Evitar la devaluación será central para mantener la baja de la inflación, el gran objetivo del gobierno para hacer campaña el año que viene y mejorar su situación en el Congreso.
¿Se puede sostener en el tiempo este escenario o estamos en un paraíso artificial? Cada analista tiene una respuesta distinta para esta pregunta y la moneda parece estar en el aire. Mientras tanto, los que no son parte de la fiesta son los jubilados que cobran 500 mil pesos o más, a los que el gobierno del “cambio impresionante” que describió Caputo les recortó beneficios en el acceso a medicamentos. Van a tener que gastar menos en alimentos para poder comprar remedios. Cambios que impresionan.
¿Y un senador contrabandeando 200 mil dólares a Paraguay? ¿Eso impresiona o da la sensación de que es solo un papel más en el viento? El caso del entrerriano Edgardo Kueider le podría servir a Milei para ilustrar su teoría sobre “la casta” política que solo piensa en enriquecerse a costas de sus representados.
Kueider inició su carrera en la ciudad de Concordia como concejal, fue funcionario municipal, jefe de gabinete provincial y alcanzó en 2019 una banca en el Senado que le dio un bien preciado, los fueros judiciales, al mismo tiempo que se lo investigaba por enriquecimiento ilícito. Un “casta” de lo peor, que encima llegó al Congreso compartiendo boleta con Cristina Kirchner. Tan pero tan casta que rápidamente congenió con el gobierno de Milei para aprobar la ley Bases y explorar una candidatura por La Libertad Avanza en Entre Ríos. Ahora, el bloque peronista del Senado lo quiere expulsar para recuperar su banca, y el oficialismo va a hacer lo posible por salvarlo porque no puede darse el lujo de perder tan fácilmente su voto. La casta por la ventana.
Leé también: Pragmatismo libertario