Así como la marcha universitaria del mes pasado representó un duro golpe para el Gobierno de Javier Milei de cara a la sociedad y lo dejó en situación de “recalculando”, el paro de la CGT de este jueves no sirvió más que para fortalecerlo. Sí, quizás a los sindicalistas les haya servido la demostración de fuerza y, en todo caso, puede ser una herramienta para condicionar la discusión por la Ley Bases que se da en la Cámara Alta. Pero en la arena de la opinión pública Milei puede seguir sosteniendo que el episodio del paro es uno más en su larga lucha contra la casta.
Nadie se hace un paro contra sí mismo
Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).
El siempre genial Martín Rodríguez (también conocido como tinta limón) había analizado que la masividad de la marcha universitaria se debió en parte a que “fueron muchos los que vieron amenazada una herramienta para cumplir su promesa de movilidad ascendente del siglo XXI, o sea, la movilidad ascendente por mano propia. Abrirse paso, tener tres laburos, estudiar de noche, romperse el culo”.
Al Gobierno le entró la bala de esa manifestación porque ahí estaban parte de los valores que dice defender. Pero en el paro del jueves, con los sindicatos deteniendo el transporte, al oficialismo le quedó servida la narrativa de la extorsión, y quedaron de su lado los cuentapropistas o comerciantes que abrieron igual sus negocios. Nadie se hace un paro contra sí mismo, y menos en tiempos que no están para tirar manteca al techo.
A los sindicalistas, de todos modos, les sobra para defender la legitimidad del reclamo. El empleo registrado privado está en caída libre. Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) citados por el economista Luis Campos, entre diciembre y febrero perdieron su trabajo 63.000 personas, y si se toma el dato desde agosto son 100.000 personas. Los sectores más golpeados son la construcción (72.000 puestos menos entre agosto y febrero) y la industria (8.000 menos en el mismo período). El sector de las empleadas de casas particulares, uno de los que peores condiciones laborales tiene, también registra una fuerte baja.
El Gobierno sigue a fondo con el plan “bajar la inflación y después vemos”: juega todas las fichas a definir su suerte en los números del IPC del INDEC. Por eso no está a la vista la reapertura del cepo. ¿Qué sector puede aportar la reactivación que dibuje la V corta que promete Milei, que a su vez es el nuevo “segundo semestre” de la época de Macri? Es un enigma por ahora.
Mientras tanto, el Presidente va a seguir a puro Twitter disparando contra todos, combatiendo e inventando enemigos, apelando a consignas nítidas que sintonicen con su base electoral. Sin embargo, por lo bajo, parece que va aceptando algunas reglas del juego: se está bancando la negociación de la Ley Bases en el Senado con concesiones y mucha “rosca”. Agresiones en público y diálogos en privado. No consumen de la que venden.
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