Monte Grande es por estos días un punto de especial significación religiosa para la Diócesis de Lomas de Zamora. Una reliquia -en este caso, un pedacito de hueso- de Mama Antula, la primera santa argentina, se encuentra en la capilla Villa Inmaculada, donde es venerada por fieles y jóvenes que participan de una misión juvenil diocesana.
Monte Grande: una reliquia de Mama Antula se expone en la capilla Villa Inmaculada
En el marco de una misión juvenil diocesana, la reliquia de Mama Antula se encuentra en la capilla Villa Inmaculada de Monte Grande.
“El tener las reliquias tiene que ver con la misión misma, con salir al encuentro y anunciar”, explicó Andrés Vallejos, rector del Seminario de la Diócesis. En ese sentido, destacó la figura de Mama Antula como inspiración: “Es una mujer que caminó cientos de kilómetros desde Santiago del Estero hasta Buenos Aires para anunciar a Jesús, especialmente a través de los ejercicios espirituales”.
Vallejos remarcó que su testimonio sigue vigente: “Es un ejemplo para varones y mujeres a la hora de demostrar que cuando se trata de anunciar a Jesús no encontramos límites”. Además, señaló que esta es la primera vez que las reliquias participan de una misión organizada por el seminario: “Ha sido un lindo momento para rezarle, tenerla como intercesora de la misión y para que los chicos conozcan su historia”.
Por su parte, el padre Diego Barboza subrayó el valor espiritual de esta presencia en Monte Grande. “Tenemos la gracia de contar con las reliquias de Mama Antula, gran misionera, gran callejera de la fe, caminando de un lado al otro llevando la Buena Noticia de Jesús”, expresó durante la misa celebrada en Villa Inmaculada. Y agregó: “Las reliquias son para nosotros un modelo, un ejemplo y una ayuda, una intercesión para la misión”.
Ambos coincidieron en que la figura de la santa argentina acompaña y da sentido al trabajo misionero que se desarrolla en el barrio, especialmente en un tiempo marcado por dificultades sociales. “La misión busca llevar esperanza en el tiempo de Navidad, en un contexto complejo que muchas veces se acentúa para estas fechas”, señaló Vallejos.
Las reliquias de Mama Antula permanecen en la capilla Villa Inmaculada hasta hoy, martes, cuando finalizan las jornadas misioneras en Monte Grande.
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¿Quién fue Mama Antula?
Mama Antula, cuyo nombre era María Antonia de Paz y Figueroa, fue una laica consagrada nacida en Santiago del Estero en el siglo XVIII y es reconocida como la primera santa nacida en la Argentina. En tiempos en los que la Compañía de Jesús había sido expulsada de los territorios del Imperio español, continuó de manera incansable la obra de los ejercicios espirituales ignacianos, enfrentando prohibiciones, prejuicios y enormes dificultades.
Caminó miles de kilómetros a pie desde el norte del país hasta Buenos Aires, convocando a personas de todos los sectores sociales a una experiencia profunda de fe y conversión. Fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, que aún hoy funciona en la Ciudad de Buenos Aires, y su vida quedó marcada por una entrega radical al servicio del Evangelio, especialmente entre los más pobres. Fue canonizada por el papa Francisco en 2024 y su figura es considerada un símbolo de compromiso, valentía y misión en la Iglesia argentina.
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La misión juvenil diocesana
La presencia de las reliquias se da en el marco de una misión juvenil diocesana que se desarrolla desde el viernes y concluye hoy. Participan entre 80 y 100 jóvenes, entre seminaristas y miembros de distintas parroquias de la diócesis.
Durante estos días, los misioneros recorrieron los barrios, visitaron hogares, compartieron momentos de oración con las familias, realizaron bendiciones, celebraciones litúrgicas y espacios de ayuda social, jurídica y médica. También hubo instancias de formación, reflexión y oración comunitaria.
“Es un tiempo precioso de misión, de compartir el Evangelio y de ver tantos jóvenes compartiendo la fe, que nos renuevan la esperanza”, expresó el padre Barboza.





