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Día de la Sanidad: la historia de una enfermera de Temperley que trabaja con pacientes oncológicos

En el Día de la Sanidad hablamos con Karina Treviño, una enfermera de Temperley que trabaja en el sector de quimioterapia del Hospital Zonal de Oncología de Lanús.

Karina Treviño lleva 23 años consagrada al ejercicio de la enfermería y es una fiel representante de los trabajadores de salud, que hoy celebran su día. “Cuando era chica percibía la presencia de la enfermera cada vez que veía una, cuando me vacunaba por ejemplo. Eso era lo que quería lograr y al final pienso que lo conseguí”, contó en diálogo con El Diario Sur la trabajadora del Hospital Zonal Especializado en Oncología de Lanús.

En 1999 obtuvo su título de enfermera en la Cruz Roja y comenzó a trabajar en el Hospital Español de Buenos Aires. Ahí inició su trayectoria en la que pasó por varias instituciones en las que obtuvo una formación integral en diferentes campos de su profesión. Trabajó en el sector de oncología y de salud mental en el Hospital de Niños Pedro de Elizalde, en el Hospital Neuropsiquiátrico José Estévez de Temperley, en el Sanatorio Güemes de Capital Federal y en un programa de salud comunitaria en el Centro de Salud N° 14 del barrio El Ceibo de Lanús.

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Karina Treviño en la Unidad Sanitaria San Martín del municipio de Lanús

Karina Treviño en la Unidad Sanitaria San Martín del municipio de Lanús

Karina tiene 46 años y vive en Temperley. Actualmente, se desempeña como enfermera en el Hospital Zonal de Oncología de Lanús, donde atiende a los pacientes que inician su tratamiento. “Nuestro objetivo es transformar al cáncer en una enfermedad crónica y que el paciente tenga una vida plena”, afirma. Además, trabaja en la Unidad Sanitaria San Martín de Monte Chingolo. Allí forma parte de la guardia, atiende emergencias y también realiza tareas de vacunación.

“Hace cuatro años que estoy en quimio. Es como la vida misma, tenés pérdidas, pero también satisfacciones cuando ves que los pacientes ponen voluntad y sus familias los acompañan”, describe Treviño sobre su trabajo en el nosocomio especializado en el tratamiento contra el cáncer.

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“Nosotros tratamos de acompañar al paciente, educarlo en cuanto a la alimentación, a comunicarse, a saber que nosotros estamos para ayudarlos”, agrega la enfermera que vive en Temperley. Una de las características de ese espacio es la comunidad que se forma entre los pacientes, que arman charlas en las que comparten sus vivencias, se dan ánimos. Se crean fuertes lazos que trascienden al hospital y muchos terminan compartiendo su vida como amigos.

Karina comentó que una de las experiencias que más la marcó fue participar en un centro de salud comunitaria junto a médicos, psicólogos, nutricionistas: “En una salita hacíamos un seguimiento integral de cada familia, a veces íbamos hasta la casa para ver si habían tomado la medicación que correspondía”. Añade que hacían una juegoteca con los psicólogos, en la que podían ver los distintos problemas familiares que tenían los chicos, expresados a través del juego.

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Treviño (a la derecha de la imagen) junto a sus compañeros del programa de salud comunitaria en 2014

Treviño (a la derecha de la imagen) junto a sus compañeros del programa de salud comunitaria en 2014

“Todos los sectores son complejos. Cuando estuve en salud mental en el Estévez era muy delicado porque son pacientes que en general están solos, gente judicializada. Ahí se creó cierta simbiosis con nosotros, son personas que buscan contención y cariño”, recuerda Treviño.

Uno de los momentos más difíciles en estos años para todos los profesionales de la salud fue la pandemia de coronavirus, cuando con pocos instrumentos tuvieron que enfrentar a un virus desconocido. Casi sin descanso trabajaron para superar esta tragedia que tuvo en vilo al mundo. “Acá en quimio ya teníamos incorporado el tema de los barbijos y los cuidados. En la salita llegamos a recibir a casi diez pacientes por día con problemas por día. Fue muy duro”, expresa Karina sobre su experiencia en aquellos momentos.

En algún momento se quiso reducir a la enfermería “a limpiar colas y a colocar inyecciones”, según las palabras de Treviño. Sin embargo, plantea que es una profesión en la que si te capacitás te abre muchas puertas para cumplir el que debería ser el objetivo fundamental de todo profesional de salud: ayudar al otro.

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