Sandra, la asadora experta de Banfield que animó a miles de mujeres a romper estereotipos
Desde hace ocho años lidera la comunidad Asadoras Argentinas, donde lucha contra los prejuicios y muestra sus habilidades frente a las brasas ante más de 80.000 seguidoras.
El papá de Sandra era visto como el rey del asado en la familia. Sin embargo, en 2014 tuvo un problema de su salud y ya no pudo hacerse más cargo de la parrilla. Fue ahí cuando Sandra tomó la posta. Quiso dejar de ser la que preparaba la ensalada para ponerse ella al frente del fuego para cocinar. Su vida dio un giro de 180 grados.
La vecina banfileña empezó a compartir en redes sociales sus habilidades en la parrilla y se unió a otras mujeres para romper el estereotipo de que el asado es un asunto masculino. Ese fue el comienzo de “Asadoras Argentinas”, un proyecto que tiene más de 30.000 seguidores en Instagram y unos 80.000 en Facebook, donde se publican recetas y se comparten videos cocinando distintos cortes de carne.
“Somos una comunidad que convoca a las mujeres a que se arrimen al fuego y que aprendan si no conocen. Y si conocen, que compartan todas sus recetas y sus técnicas con la comunidad, que tiene hombres y mujeres”, le cuenta Sandra a El Diario Sur, mientras cocina un costillar a la estaca durante un desafío en la ciudad de San Vicente.
Como era de esperarse, al ser mujer tuvo que enfrentarse a muchos prejuicios. “No quiero caer en el tema del machismo, pero hay algo de eso. No les gusta a todos los hombres que estemos frente a una parrilla, a una estaca, a un evento o a un fogón”, reconoce. Pero también admite que muchos acompañan esta iniciativa porque invita a encarar un asado en pareja: “Les gusta ver esa imagen y que una no sea la que hace la ensalada y pone la mesa. Me pasa con mi marido, que le gusta que yo le diga ‘vos quedate tranquilo que yo hago el fuego’. Es un espacio que se comparte y te conecta también con tus amigos”.
Con Sandra como referente, Asadoras Argentinas crece cada vez más y ya cruzó fronteras. Constantemente surgen eventos y propuestas para expandir la comunidad hacia distintas partes del mundo. Un eslabón muy importante en este proyecto es Roxana Muga, quien participó en numerosas competencias de asado y acompaña a Sandra en el desafío hecho en San Vicente.
“Gracias a Dios somos bastante convocadas y solicitadas dentro del país para diferentes tipos de eventos, participar como jurados o integrar grupos de parrilleros. Estamos teniendo una conexión con mujeres de otros países, que se llama Parrilleras Internacionales. Por el momento estamos en Perú, Chile, Estados Unidos y Argentina. Nos gusta muchísimo el tema y manejamos la gastronomía, y decidimos unirnos para convocar a otras mujeres con otro tipo de técnica de otros países para formar una liga más grande”, destaca la vecina de Banfield.
En esa sintonía de compartir, preparar el asado es para Sandra una forma de conectar su padre. “Hoy mi papá no está pero es un tributo por todo lo que me enseñó”, remarca emocionada.
“A los carniceros no les gusta que nosotras les digamos qué queremos”
Sandra señala que es fundamental elegir bien los cortes de carne, porque marcan la diferencia a la hora de hacer un buen asado. Sin embargo, algunos comerciantes no se sienten cómodos cuando del otro lado del mostrador hay una mujer.
“Las mujeres tenemos ese toque especial donde a veces nos venden gato por liebre y hay que tener muchísimo cuidado. Tenés que ir siempre al mismo carnicero para que te conozca y no te quiera vender algo que a vos no te gusta, porque está sucediendo eso”, cuenta sobre un inconveniente que tienen muchas de las integrantes Asadoras Argentinas.
“A los carniceros no les gusta que nosotras les digamos qué queremos. Tengo muchos problemas con los carniceros”, confiesa.
“Siempre se creyó que el asado era del hombre y no es así”
Junto a Sandra está Roxana Muga, un eslabón importantísimo en la comunidad de Asadoras Argentinas. Se dedica a las competencias de asado en estaca de manera independiente dentro y fuera del país, a hacer exhibiciones en asado colgado y parrilla.
“Es parte de mi vida y una pasión inexplicable, creo que lo voy a hacer hasta que no pueda más. Le pongo mucha pasión y horas de trabajo. Mi toque femenino es estar alrededor y buscar la perfección. Que mi asado sea único como somos las mujeres”, expresa ante El Diario Sur.
En la misma línea, considera que en el ambiente “hay mucho machismo”, porque ”siempre se creyó que el asado era del hombre y no es así”. Y cuenta su experiencia personal en competencia: ”Yo me crié en una casa donde mamá hacía el asado, para mí no era extraño. Cuando me enfrenté a la competencia me di cuenta que el asado era de los hombres. Con el tiempo fui entrando en ese mundo y hoy tengo una gran parte de mis amigos asadores que son buena onda, me admiran y respetan, y yo a ellos, pero también tenés a los que siguen criticando. Ni hablar si les ganás, ja”.
