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El apasionado profesor que lleva el ajedrez a los barrios de Lomas: "Los chicos frente a un tablero se comunican"

Diego Nedilski es articulador de un programa que lleva el ajedrez a las escuelas de Lomas. Su historia.

Diego Nedilski lleva prácticamente toda su vida ligado al ajedrez. Primero, como un entusiasta niño aprendiz en Valentín Alsina; luego, como una joven promesa en Avellaneda, especialmente de la mano de Independiente, al que representó a nivel nacional en varias ocasiones, con títulos incluidos; y después como docente, siendo hoy el articulador de un programa bonaerense que llega a distintas escuelas en Lomas de Zamora.

El proyecto que hoy encabeza, Ajedrez Educativo, tiene ramificaciones en una treintena de municipios en toda la Provincia de Buenos Aires, y él es uno de los referentes en la zona sur del conurbano bonaerense, dado que, con otros colegas, busca llegar a diferentes barrios “para vincular la enseñanza desde el ajedrez”.

El esquema se estableció hace dos años y tanto él como sus compañeros van “permanentemente a los barrios y se ve cómo a los chicos les encanta jugar”, según señaló, al resaltar los Centros de Integración Comunitaria (CIC), que se utilizan de base para llegar a las distintas zonas.

Esto, a su vez, va en sintonía con programa bonaerense Patios Abiertos en las Escuelas, con el que diseñan talleres en Centros Socioeducativos y Comunitarios en Barrios Populares.

“Esto ya tiene fuerza como programa y es algo fundamental para acercar a los chicos a la espacialidad pero todo depende siempre de cómo se les dé, porque en principio nada es deportivo sino recreativo. Se toma el ajedrez desde el lado lúdico, con la idea de consolidar desde la parte cognitiva”, indicó ante El Diario Sur.

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Diego Nedilski es articulador de un programa que lleva el ajedrez a las escuelas de Lomas de Zamora.

Diego Nedilski es articulador de un programa que lleva el ajedrez a las escuelas de Lomas de Zamora.

Y añadió: “Sabemos que es todo complejo y lleva tiempo, pero lo trabajamos desde lo concreto, jugando. La premisa es ver cómo mover las posiciones y después los mezclamos, les damos varias herramientas. Todo se apunta en varios ejes, desde los movimientos de las piezas, las capturas que se pueden hacer y los jaques mates. Y también apelamos a otras variantes como el tatedrez”.

Dados esos trabajos con los chicos, Diego apuesta a tomar “el juego como un lenguaje”. Y allí, según él, se evidencia la importancia de la vinculación social. “Los jóvenes frente a un tablero están hablando, se comunican, dialogan entre ellos de la partida, se dicen cosas, hay un vínculo”, resaltó.

El maestro, en tanto, definió cómo son los parámetros para que los chicos se desarrollen con el ajedrez. “La idea es que entiendan conceptos, y todo depende del tiempo madurativo en la trayectoria educativa. Porque ya después, con más rodaje, llegan los intercolegiales, encuentros en los que ven otros chicos jugar y aprenden más cosas”, indicó.

Trayectoria

Cuando Diego empezó en el ajedrez, a los 5 años, eran pocos los espacios destinados a la disciplina en la región. Pasó por distintos clubes hasta que llegó a los 10 a Independiente, el equipo de sus amores. Y ahí estuvo durante casi una década, compitiendo en certámenes juveniles. Y ya a los 20 le picó el interés por la enseñanza.

Pero había pocos lugares donde lograr eso en los 90’, y todas las escuelas que tenían ajedrez eran privadas. Aun así, se adentró en el sistema y fue sumando experiencia para que las instituciones educativas agreguen los talleres de la especialidad.

“El enfoque que buscamos cambiar con el tiempo es el de que el ajedrez es para gente inteligente. A mí antes me decían hace 30 años ‘no, esos juegos de azar acá no’. Hoy entrás a un salón de clases y es extraño que los chicos no conozcan el ajedrez. En eso hubo un avance importante hasta la actualidad y tuvo que ver especialmente con las escuelas”, comentó, resaltando la mejora.

Y a eso, según Diego, se le agregaron otras herramientas recientes que generaron un envión notable, desde series de televisión como “Gambito de Dama” hasta varios chicos con mucho potencial que se dieron a conocer en poco tiempo y hoy son referentes. También la pandemia fue un momento de boom para el ajedrez.

“Yo noto que el cambio es grandísimo. El ajedrez es para todo el mundo y tiene algo importante: rompe barreras generacionales. No en todos los deportes podés hacer que juegue a la par un pibe de 18 con un tío de 40, o el padre con el hijo y el abuelo. Y eso es increíble porque reúne y vincula”, destacó Diego.

Sobre su propia historia personal, Diego dio detalles sobre su vínculo con el juego, que comenzó incluso antes de aprender a jugar lo a los cinco años: “Tuve al ajedrez en los momentos difíciles de la adolescencia, me ayudó mucho y eso es todo para mí. Y yo creo que hay que ir dejando a los demás lo que a uno le hace bien. Y en eso estoy, soñando con que cada vez más gente se sume. Todavía tengo ganas y hay muchas cosas por hacer”.

¿Cómo cuáles? “Hay que seguir por los barrios, que el ajedrez llegue a ser materia como fue inglés y computación. Tiene que llegar a ese nivel, la escuela es donde tiene que estar, porque ahí nos dedicamos a revincular a los chicos con la familia. La escuela es el lugar donde se masifica el ajedrez”, aclaró.

Por último, habló sobre el Club de Ajedrez Deportivo Lomas de Zamora, ubicado en Temperley -Eva Perón 110- que lo tiene como artífice y cuyo lema es “que todos los vecinos de Lomas tengan ajedrez en sus barrios”. Allí no van sólo chicos sino también personas más grandes y con otra destreza, ya federados. “Ya ahí enseñamos desde el plano más científico, donde los jugadores analizan todo, las aperturas, los movimientos, etc. Pero siempre mantenemos la idea de resaltar cómo hay que tomarse una derrota, cómo valorar los triunfos y la importancia de la disciplina en general”, cerró.

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