Este jueves se conmemoró el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar (bullying). La jornada fue establecida por la Conferencia General de la UNESCO en 2019 con el objetivo de concientizar sobre este flagelo, que según la organización dedicada a la educación afecta a uno de cada tres chicos en el mundo.
Desde el rendimiento educativo al desarrollo psicológico: por qué se lucha contra el bullying
Este jueves se conmemoró el Día contra la Violencia y el Acoso Escolar. Una profesional de la región y un joven que sufrió bullying dan sus miradas sobre el fenómeno, que tiene graves consecuencias.
Argentina no es la excepción como se puede observar en el resultado de las pruebas Aprender. En un apartado de esos exámenes estandarizados, que se realizan en todo el país, se evalúa el clima escolar. Allí seis de cada diez estudiantes del nivel primario y secundario declararon haber visto situaciones de acoso o bullying dentro de la escuela.
“El bullying es una palabra que tomamos del inglés para definir al acoso sistemático y de forma reiterada hacia una misma persona”, definió la psicopedagoga Cintia García en diálogo con El Diario Sur. “Si bien hoy por hoy se habla un poco más, se le pudo dar un nombre, falta mucha concientización todavía sobre el tema”, agregó.
Las consecuencias del bullying pueden presentarse de varias maneras dependiendo del tipo de hostigamiento -físico o verbal-. En primer término, produce consecuencias en el rendimiento escolar de la víctima, producto de un incremento en el ausentismo en algunos casos y de la falta de atención en las actividades académicas en otros.
“El acosado tiene generalmente una postura de no poder expresarse, de callarse en cualquier ámbito de la vida. El acosador busca este tipo de perfil porque no quiere confrontar, busca algo asimétrico”, aseguró García. Y añadió que “hay de parte del acosador una demanda de amor y su forma de demostrarlo es en el abuso de poder que realiza ante otra persona frente a un grupo”.
En este sentido, Franco, después de diez años de haber sido víctima de acoso escolar en una escuela secundaria de Monte Grande aún mantiene recuerdos vívidos de esa traumática experiencia que relató ante esta publicación. “Fui blanco de bullying durante los tres años que duró mi paso por el polimodal, como se llamaba en ese momento. Yo era tímido y eso fue el motivo para que me tomaran de punto”, rememoró.
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“Obviamente, las bromas, la ridiculización que sufrí hicieron que fuera todavía más callado porque cualquier cosa que decía era motivo para seguir con las cargadas. Todo con la complicidad del resto de mis compañeros e incluso de algunos profesores”, enfatizó.
La adolescencia es el período en que es más habitual este tipo de problemática por las características propias de la etapa. “Los niños en general son más habladores, pueden contar más. Sin embargo, el adolescente está pasando por una transición, entonces se da mucho más por las inseguridades propias de este grupo”, aseveró la psicopedagoga recibida en la UNLZ.
En cualquier caso, el bullying produce consecuencias psicológicas de largo plazo tanto en el acosado como en el acosador, que pueden prolongarse más allá de la vida escolar. Por eso es importante, según la especialista, iniciar un tratamiento psicológico luego de pasar por una situación de estas características. “Si el caso es abordado a tiempo, en el corto plazo se podría resolver para no generar mayores complicaciones en la vida adulta”, finalizó.
Las consecuencias educativas del bullying
Un informe del Observatorio Argentinos por la Educación analizó el impacto del acoso escolar en el rendimiento educativo de las víctimas de bullying en la Argentina a través de las pruebas internacionales PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, por sus siglas en inglés), organizadas por la UNESCO.
Quienes nunca sufrieron bullying obtuvieron, en promedio, 394 puntos en el apartado de Matemática mientras que los que fueron acosados de forma reiterada sacaron solo 353 puntos. La diferencia es de 41 puntos, un valor que -para los especialistas- equivale a un año escolar entero.
Las agresiones en la escuela, un reflejo de la sociedad
El miércoles último la madre de un estudiante de cuarto año de una escuela secundaria de Gral. Roca, Río Negro, que era víctima de acoso por parte de un compañero, ingresó en plena clase para increpar a este chico por lo que hacía.
“Ahí vemos que toda la sociedad está agresiva porque la mamá podría haber actuado de otra forma. Sin embargo, decidió devolver la agresión hacia su hijo con otra agresión. De algún lado los chicos sacan la violencia”, expresó la psicopedagoga Cintia García en charla con El Diario Sur.