“Nos conocimos en mayo de 2024, porque ella era clienta de mi verdulería, en julio nos pusimos de novios y al tiempo nos fuimos a convivir a mi casa con uno de sus tres hijos, el más chico”, contó Facundo.
Y continuó: “En febrero de este año nos separamos un mes por diversas cuestiones, pero en marzo volví a buscarla porque me di cuenta de que había cuestiones en las que fui inmaduro y que ella era la mujer que amaba y con la que yo quería pasar el resto de mi vida”.
En ese sentido, en cuanto a la decisión de casarse al poco tiempo, explicó: “Ella me abrió de vuelta las puertas de su vida y ahí tomamos la decisión de casarnos para que esta etapa sea diferente a la anterior, para elevar el compromiso de la pareja”.
“Porque hubo cuestiones que llevaron a la separación, y decidimos casarnos porque era un deseo de ambos, y una necesidad saber que ante cualquier adversidad íbamos a trabajar los dos juntos para salir adelante”, señaló. Finalmente, se casaron por civil el 24 de abril y celebraron su unión de forma íntima, junto a su familia y amigos más cercanos.
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Ivana y Facundo se casaron por civil el pasado 24 de abril.
“El matrimonio pasó de ser algo que no proyectaba a ser algo que marcó mi vida”
“En lo que a mí respecta, no estaba en mi proyecto de vida casarme. Sí formar una familia, tener hijos. Pero nunca le di demasiada importancia al casamiento como tal. Hasta que conocí a Jenni”, contó a El Diario Sur Nicolás Maximiliano Quercia, quien tiene 33 años y es vecino de Lomas de Zamora, sobre el vínculo con quien hoy en día es su esposa, Jennifer Almendras Menacho. Y aclaró. “Ella es católica practicante y más allá de la unión civil, era importante para ella el sacramento del matrimonio por Iglesia”.
La pareja se conoció en el 2018 en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, donde ambos estudiaban Comunicación Social, y el pasado 15 de marzo se casaron por Iglesia. Sobre esta decisión, Maximiliano comentó: “Cuando nos pusimos de novios y supe que quería pasar toda mi vida con ella, fue bastante fácil cambiar el chip y dar el sí. En realidad, se lo propuse yo, pero todo surgió de su interés y deseo inicial y me fui contagiando, de alguna manera, de su pasión y fervor por unirnos en matrimonio. No me costó nada tomar la decisión y claro, a ella tampoco”.
“Durante el noviazgo entendí y acepté que el matrimonio era un paso necesario y esencial en el desarrollo de nuestra familia y nuestra vida, así que después de un tiempo de maduración y conocimiento más profundo le propuse casamiento”, contó el vecino.
Y añadió: “Lo más fácil fue seguir transitando el camino juntos hacia el casamiento. Lo más difícil, la organización y toda la logística para el evento, porque queríamos hacer un festejo lindo para compartir con nuestros seres queridos”. “Primero nos casamos por civil en Adrogué y después por Iglesia en la Parroquia Nuestra Señora de los Remedios, de Remedios de Escalada. Los dos festejos, así como la fiesta, salieron geniales, y los disfrutamos mucho”, agregó.
En esa línea, concluyó: “Para mí el matrimonio pasó de ser algo que no proyectaba a algo que marcó mi vida. No solo un mero trámite o unión legal con la mujer que amo, sino una celebración del amor sellado ante Dios y nuestros seres queridos, que va a quedar para siempre en nuestros corazones”.
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Jennifer y Maximiliano se conocieron en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
“No es ponerse un vestido blanco nada más, es consagrar nuestra familia a Dios”
“Me acuerdo que él hacía muchos chistes, me acuerdo que en un retiro espiritual me tiró una golosina por la cabeza”, rememoró Rocío Ramajo, de 24 años, sobre su pareja, Enzo Carabajal. Ambos viven en Monte Grande y se conocieron en 2016, en un grupo de la parroquia “La Anunciación”, de Luis Guillón. Están de novios hace más de dos años y se encuentran preparándose para su casamiento, que tendrá lugar en septiembre.
Sobre esta decisión, Rocío contó: “Elegimos casarnos porque sentimos el llamado de Dios, el acompañamiento de nuestros seres queridos y también vemos que hay cuestiones que se van ordenando más allá de lo que nosotros podemos planear”.
“Sentimos que es una invitación que Dios nos quiere regalar, siempre lo tenemos presente porque nos conocimos en la Iglesia, y por eso también consideramos el sacramento del matrimonio como una bendición”, añadió.
Acerca de lo que significa el sacramento del matrimonio para ellos, señaló: “Queremos que en la familia que estamos formando Dios esté en el medio. Creemos que el día que nos casemos vamos a entrar siendo dos, pero a salir siendo uno”.
“Compartimos lo que es la oración y estamos haciendo un camino interior, yendo a misa juntos, para intentar entender en profundidad lo que significa el sacramento. No es ponerse un vestido blanco nada más, sino consagrar nuestra familia a Dios y saber que nunca más vamos a estar solos”, concluyó.
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Rocío y Enzo proyectan casarse en septiembre de este año.
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"Somos tradicionalistas, así que esperamos a casarnos para empezar a convivir”
Melany, de 26 años, se casó con Ian, de su misma edad, el pasado 1° de abril, después de haber estado de novios durante más de 6 años, y de que él le propusiera matrimonio durante un viaje. Ambos son de la comunidad judía y contaron a El Diario Sur la historia de cómo fue su celebración.
La pareja se conoció durante la escuela primaria, aunque luego fueron a distintas secundarias. “Años después él me contestó una foto por Instagram y me invitó a salir, después no nos separamos más”, comentó Melany, quien actualmente vive en Capital, pero es oriunda de Canning.
“Somos judíos los dos, así que hicimos una ceremonia religiosa con un rabino. Fue muy emocionante, tuvimos la jupá, que es una carpa que se arma donde se realiza el casamiento, también él rompió una copa de vidrio, que tiene un significado importante para nuestra religión”, explicó la joven.
En ese sentido, remarcó: “Después la fiesta fue como cualquier otra, con mucho baile, muchos tragos y mucha comida. En las fiestas judías se baila muchísimo, así que no paramos y terminamos exhaustos”.
Además, también subrayó que, debido a su religión, no vivieron bajo el mismo techo hasta luego de contraer matrimonio: “Somos tradicionalistas, así que esperamos a casarnos para empezar a convivir”.
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Ian y Melany se casaron el pasado 1° de abril.