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Paro general, FMI, inflación e interna peronista: las ruinas circulares

Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).

Un paro nacional de bajo impacto, la guerra y la paz entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner, el avance hacia un acuerdo con el FMI que presagia una devaluación y un dato de inflación que encendió alarmas. Así vino la mano en la Argentina esta semana y se coronó con el anuncio del levantamiento del cepo cambiario a partir de este lunes. Parece un esmero en cumplir con el chiste del país que te vas diez días y no entendés nada pero volvés a los diez años y está todo igual. Una huelga de la CGT, una interna en el peronismo o una negociación con el Fondo son noticias que se podrían haber dado en simultáneo en cualquiera de las últimas cuatro décadas.

El paro de la CGT de esta semana tuvo para muchos un tufillo anacrónico. El movimiento sindical argentino ha perdido fuerza en un país donde los niveles de trabajadores autónomos e informales son cada vez más altos. Y esa situación se vio este jueves, cuando el nivel de acatamiento al paro fue dispar y en muchos casos fue casi una puesta en escena. Lo vimos en la región, por ejemplo, en estaciones de servicio o supermercados de grandes superficies. Era impensado verlos abiertos en el marco de un paro años atrás; pero esta vez funcionaron, con alguna reducción en la atención. La movida del jueves tampoco logró capturar la atención de la audiencia como ocurría años atrás: las lecturas y reproducciones de los contenidos en relación al paro que hicimos los medios fueron exiguas.

En ese contexto, hubo una nota que muestra quizás alguna señal de madurez. Fue uno de los primeros paros de la CGT en el que no hubo denuncias de aprietes por parte de los sindicatos para acatar la huelga. Los gremios se cuidaron de no quedar a expuestos a un video viral que hubiera sido oro para los trolls del gobierno en las redes sociales.

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Mientras tanto, el gobernador Axel Kicillof anunció su decreto para desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires, a contramano de lo que le pedían Cristina y Máximo Kirchner. Los bonaerenses vamos a votar legisladores provinciales y concejales en la boleta sábana de toda la vida el 7 de septiembre, y, el 26 de octubre, diputados nacionales con el sistema de boleta única que impulsó el gobierno nacional.

La decisión de Kicillof generó pataleos en La Cámpora, que lo acusó de romper el peronismo bonaerense y traicionar a Cristina, su mentora. Se armaba un escenario de listas separadas entre las dos facciones con un consecuente triunfo cantado de La Libertad Avanza y el PRO en la provincia. Finalmente, Cristina Kirchner, que insiste con ser candidata a diputada provincial por la tercera sección, hizo un llamado a la cordura y pidió unidad. La cuerda, de todos modos, va a seguir tensa en esta interna en la que solo se discuten espacios de poder, pero ninguna diferencia programática de fondo.

En el plano económico, vuelve con fuerza la palabra inflación al temario. La suba de precios del 3,7% que se conoció el viernes para el mes de marzo muestra un camino ascendente y las condiciones del acuerdo con el FMI no traen tranquilidad en ese flanco. El Gobierno recibirá 20 mil millones de dólares para fortalecer las reservas del Banco Central, pero tiene que encaminarse a salir de este esquema insostenible de dólar barato y atraso cambiario. Fue lindo mientras duró, pero hay que decirle adiós al veranito en el que pudimos cambiar Mar del Plata por Río de Janeiro.

El levantamiento del cepo es un paso necesario en cualquier esquema de orden macroeconómico, pero en el corto plazo puede tener efectos inflacionarios, según la mayoría de los economistas. El gobierno tiene la ventaja de encarar este proceso con la tarea del ajuste fiscal hecha en 2024. Pero es difícil que pueda esquivar un alza de precios que inmediatamente va a hacer que todos seamos más pobres. Así que Milei no escapa a las leyes del país en el que no cambia nada: la restricción externa y la falta de dólares siguen atormentando a los argentinos.

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