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Solo falta el Frente de los Ausentes

Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).

Caetano Veloso dice que “de cerca nadie es normal”. Si hacemos zoom, aparecen nuestras singularidades y también nuestras miserias. Y si eso pasa con las personas, incluso con los buenos cristianos, imaginen con una lista de candidatos a concejales de un distrito del conurbano o de diputados por la tercera sección electoral. La lupa hace destrozos que ni el más hábil ilustrador podría tapar con Photoshop o Inteligencia Artificial. Así nos enteramos, por ejemplo, que en el armado libertario de Esteban Echeverría hay una vecina que se hizo famosa por tatuarse la cara para defender a las mascotas, o nos damos cuenta de que algunos candidatos a legisladores provinciales del peronismo son en verdad “testimoniales” y no asumirán sus bancas.

La tarea de los periodistas es hacer zoom. Agrandar la imagen para ver qué encontramos. Quién cambió de partido, quién se presenta por un distrito pero en realidad es de otro, cuánta representación logró cada fuerza interna dentro de una misma coalición… Pero todas esas preguntas nos marean y al final, con tantos datos, no podemos percibir a la política con algo más de distancia, como lo hace la inmensa mayoría de los votantes.

Haciendo el ejercicio de ampliar el cuadro, el paisaje que pintaron los muralistas de la política bonaerense es bastante claro y cumple con la premisa de intentar representar a la sociedad que los tiene que votar. A grandes rasgos, hay una coalición oficialista que representa el espíritu del Presidente Javier Milei con los agregados de algunos políticos profesionales reciclados del PRO. No tiene la moderación que muchos querríamos, pero el corrimiento hacia los extremos está lejos de ser un invento argentino.

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La oposición más competitiva es el peronismo. Hubo tensiones, piñas, traiciones y enigmas, pero finalmente los que piensan más o menos parecido entre sí y que coinciden en su concepción sobre el Estado terminaron en el mismo frente, que ahora se llama Fuerza Patria. Quizás sería deseable que hicieran una autocrítica seria sobre las consecuencias del déficit fiscal, la inflación y la corrupción que caracterizaron sus últimos gobiernos, y posiblemente sin eso no puedan volver a ser competitivos a nivel nacional. Pero, al menos en el Conurbano, la fórmula de la “unidad hasta que duela”, apalancada en las gestiones de los intendentes, sigue funcionando.

¿Y en el medio? El espacio que podríamos llamar socialdemócrata, con la extinción de Juntos por el Cambio, quedó dominado por la Unión Cívica Radical, más algunos colaboradores peronistas y actores de partidos personalistas, como los de Elisa Carrió y Margarita Stolbizer. La UCR en el Conurbano tiene un punto ciego: pocos concejales, pocos militantes, quizás su mayor riqueza sea inmobiliaria, por el valor de sus históricos comités. Pero en el interior provincial el partido centenario tiene la cifra nada despreciable de 27 intendentes. Esa “tercera posición” navega en un río que tiene más agua de la que parece: el de los no peronistas o incluso anti peronistas que no ven con buenos ojos la agresividad permanente de Milei o su modelo económico.

El cuadro lo completa la izquierda trotskista, con sus banderas de toda la vida y su vocación minoritaria que, por suerte, la mantiene lejos de los puestos de decisión.

Con ese esquema avanzamos hacia las elecciones de septiembre que posiblemente tengan otro actor protagónico: el ausentismo. La abstención electoral podrá analizarse como una muestra de desinterés o como un mensaje de rechazo a la oferta política. También, claro, como una combinación de ambas. En cualquier caso, el fenómeno puede llegar a dimensiones como para que el “Frente de los Ausentes” dé el batacazo y se imponga ante los políticos profesionales.

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