A los 79 años, María Prats García, vecina de Monte Grande, logró terminar la escuela secundaria a través del Plan FinEs, un objetivo que había quedado pendiente desde su juventud y que hoy vive como una conquista personal. “Sentía que me faltaba hacer eso”, resume sobre el logro de este sueño postergado.
A los 79 años terminó la secundaria en Monte Grande y ahora sueña con seguir estudiando
María Prats García completó sus estudios a través del Plan FinEs en la Escuela 14. Es vecina de Monte Grande desde hace 50 años.
25 de diciembre de 2025 - 12:00
María vive en la Argentina desde los 8 años. Nació en Barcelona, España, y llegó al país junto a su familia cuando todavía era una nena. “La hermana de mi mamá ya vivía acá y empezó a hablar muy bien de la Argentina”, recuerda. Con el tiempo, su papá comenzó a trabajar en Canale y su mamá en Amat, y el país se convirtió definitivamente en su hogar.
Hace tres años decidió anotarse en el Plan FinEs de Monte Grande, que funciona en la Escuela Secundaria N°14. No fue una decisión improvisada: durante años había postergado terminar los estudios. “Cuando era adolescente no quise hacerlo y mis padres, como era hija única, me consintieron eso”, cuenta. Más adelante, las responsabilidades familiares volvieron a correr el proyecto.
El empujón final llegó de la mano de sus hijos. “Ellos me dijeron que lo haga”, explica. Así empezó un recorrido que transitó con constancia absoluta. “En todo este tiempo no falté ni un solo día”, subraya e indica que todas sus notas están entre el 9 y el 10.
En el aula compartió experiencias con estudiantes de edades muy distintas. “Yo era la más grande del curso. Había personas de 60 años, chicos de 20 y otros de cuarenta y algo”, relata. Lejos de ser una dificultad, la diversidad se convirtió en uno de los mayores valores de la experiencia. “Somos un grupo hermoso. Fue una gran experiencia para mí”.
Madre de cinco hijos, abuela de diez nietos y bisabuela de una bisnieta, María no piensa detenerse ahora que alcanzó la meta que se había propuesto. “Fue fácil”, dice sobre el trayecto, y enseguida mira hacia adelante: “Pienso ir a la facultad y quiero seguir inglés en la Universidad de Lomas, a través del programa UNITE (Universidad de la Tercera Edad)”.
Entre todas las materias, hubo una que disfrutó especialmente. “Mi materia preferida es Literatura, me encanta leer”, cuenta. Ese gusto por los libros la acompañó a lo largo de su vida y encontró en el regreso a la escuela un espacio para profundizarlo.
Su historia se suma a la de muchos adultos mayores de la región que encuentran en el Plan FinEs una segunda oportunidad. En el caso de María, el logro tiene un valor simbólico profundo: no solo cerró una etapa pendiente, sino que abrió otra nueva, con proyectos y ganas de seguir aprendiendo.
“Lo postergué mucho tiempo”
El acompañamiento de su familia fue clave. Sus hijos la alentaron a retomar los estudios, incluso después de años difíciles marcados por la enfermedad de su esposo, a quien cuidó durante casi una década. “Lo postergué mucho tiempo”, admite. Esta vez, sin embargo, decidió priorizarse y sostener el esfuerzo hasta el final.
Para María, el rol de los docentes y del grupo fue fundamental. “Me acompañaron en este proceso”, destaca. La constancia cotidiana y el apoyo colectivo hicieron que completar el secundario no fuera una carga, sino una experiencia gratificante.
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