“No somos solteronas, lo que pasa es que elegimos un amor más grande, que nos plenifica”, expresó en diálogo con El Diario Sur la hermana Paloma de Jesús María, cuyo nombre civil es Paloma Altonaga. Es una joven de 24 años que el pasado 23 de julio hizo la Profesión Simple para ser parte de la comunidad de Carmelitas Descalzas que se encuentran en el Monasterio “Nuestra Señora de la Paz”, en Luis Guillón.
El Monasterio Carmelo de Luis Guillón sumó una nueva monja de clausura: tiene 24 años
Paloma de Jesús María hizo su profesión simple para llevar la vida de una monja de clausura, lo que implica que no puede dejar el convento, a excepción de casos extremos.
Desde el interior de este convento, Paloma eligió en su juventud convertirse en una monja de clausura y llevar una vida de contemplación y oración. En ese marco, contó a este medio cómo es la vida en el Carmelo y por qué tomó esta decisión.
“Mi mamá tuvo un problema de salud complicado y la relación con mi papá también era complicada. Así que consagró a su bebé, a mí, a la Virgen. El aura de fe siempre me siguió”, comenzó a contar su historia la hermana, quien nació en La Plata.
“Yo quería hacer todos los apostolados habidos y por haber. En la cuarentena, durante ese parate obligatorio, me di cuenta de que en ese apostolado activo estaba en todos lados, pero a la vez mi corazón no estaba en ninguno. Estaba feliz, pero no me sentía plena. Así decidí entrar en el Carmelo, pero no me cerraba que sea en La Plata”, explicó.
Fue así como, tras sentir el llamado de Dios a la vida religiosa y luego de hacer “changas” y estudiar filosofía y teología, tomó la decisión, acompañada de un sacerdote, de dialogar con la superiora del Carmelo de Luis Guillón.
“Empecé a conocerlas y más adelante empecé el aspirantado, que puede durar de uno a dos años, es una etapa donde vivís con las hermanas pero tenés la obligación de salir al menos una vez”, relató. Y destacó “Cuando me tocó irme unos días me puse a llorar, porque no quería salir”.
Tras un año de aspirantado, comenzó el postulantado y la clausura. Posteriormente hizo el noviciado y recibió el hábito de las hermanas carmelitas. Dos años después, el último 23 de julio, hizo la Profesión Simple, es decir sus primeros votos: “Así ya soy esposa de Cristo. Es una profesión temporal, por tres años. Después se hacen dos renovaciones y más adelante la definitiva”.
Desde ese día, Paloma tomó más responsabilidades dentro del Carmelo y, para la Iglesia, desde ese lugar cumple un rol fundamental con sus oración constante. “Siento que Dios es mi todo: mi Padre, mi madre, mi amigo, mi esposo”, concluyó.
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La rutina en el Carmelo
- 5:30hs: despertarse
- 6hs: primera oración del oficio divino
- 7:15hs: continúa la oración del oficio divino y el rosario en comunidad
- 8hs: Santa Misa y acción de gracias
- 9hs: desayuno
- 10hs: empieza el día de trabajo (Paloma trabaja bordando y mantiene limpio el lugar del coro)
- 12hs: oración y examen de conciencia
- 12:30hs: almuerzo
- 13:10hs: recreación junto a todas las hermanas
- 14:10hs: momento de estar en la celda (“para los amigos, la siesta”, aclaró Paloma)
- 15:10hs: oración
- 15:40hs: momento de lectura personal en la celda
- 16:20hs: merienda
- 17hs: continúa su ritmo de trabajo
- 17:45hs: oración
- 19:10hs: cena
- 20:10hs: recreación
- 21:10hs: oración
- 22:30hs: descanso
Cabe destacar que las hermanas, al ser monjas de clausura, sólo pueden salir del monasterio en casos excepcionales, como por ejemplo turnos médicos o enfermedades de familiares muy allegados. En cuanto a las compras, por ejemplo, las realizan por internet o le piden ayuda a los vecinos. Además, sólo pueden recibir visitas aproximadamente una vez al mes, y esto lo hacen detrás de una reja.
“Ofrecerle a Dios los impulsos del corazón joven”
“Charlando con un sacerdote, me preguntó si había algún impedimento en mi vida para poder responder al llamado de Dios. Cuando me di cuenta de que no, supe que no quería esperar más”, contó. Para animar a los jóvenes que sienten un llamado a la vocación religiosa, expresó: “Si sienten esa libertad interior y saben que Dios les está pidiendo algo, ¡háganlo! Su plan consiste en que seamos felices. Cristo no vale sólo la pena, vale la vida”.
“Los jóvenes tenemos una vitalidad y fuerza interior especial. Es importante ofrecerle a Dios los impulsos de nuestro corazón joven”, concluyó.
Ping pong con la hermana Paloma
- Un color: rojo
- Una comida: tarta de manzana (“¡me gusta mucho lo dulce!”)
- Un animal: perros (“Tenemos un perrita en el Carmelo, se llama Emi”)
- Un animal: “Voces místicas de la naturaleza”, de Santa Laura Montoya
- Santos favoritos: Santa Teresita, San Juan Bosco y la hermana Cecilia María