El síndrome de burnout es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el “estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito”. Una encuesta realizada por el portal de búsqueda de empleo Bumeran reflejó que los argentinos son los trabajadores más “quemados” de la región y más del 94% de los consultados manifestó haber padecido algunos de los síntomas como la presencia de estrés, agotamiento mental, falta de productividad y desmotivación.
El síndrome de "burnout": experiencias de trabajadores de la región y miradas de profesionales
Más del 94% de los argentinos sufre estrés en su trabajo, lo que convierte al país en el más afectado por el llamado "burnout" en toda América Latina.
En comparación con los resultados que la misma encuesta brindó en los últimos años, se ve como empeoró la situación en el último año. Así fue la evolución del número de personas que sufren burnout: en 2020 lo padeció un 88% de los consultados, en 2021 hubo una leve baja con un 80 % de afectados, en 2022 volvió a subir a un 86 % hasta llegar al récord de este año.
Uno de los factores claves al momento de analizar el fenómeno tienen que ver con las tensiones que se viven con relación al empleo. De este modo, el 46 % de los encuestados experimenta falta de energía en su trabajo, el 37 % negativismo o cinismo, el 21 % falta de eficacia para trabajar, y el 44 % reporta una combinación de todas las sensaciones.
Otra muy importante es la falta de conciliación entre la vida laboral y la vida personal. La mitad de los encuestados manifestó que no logra equilibrar su carga laboral con su rutina fuera del horario de trabajo y muchos se llevan tareas a casa ya que una gran cantidad de trabajadores argentinos siguen realizando su labor fuera del horario estipulado. El 54 % no trabaja fuera de su horario laboral, mientras que un 46 % sí lo hace.
Argentina lidera el ránking de los países de América Latina que hicieron esta encuesta, que por otro lado tampoco se destacaron por tener resultados positivos. En ese sentido, el porcentaje de población que sufre este síndrome en Chile es del 91%, en Ecuador del 83 %, en Panamá del 78 % y en Perú del 77%.
Cómo abordan los psicólogos el estrés laboral de sus pacientes
En muchos casos la carga excesiva de trabajo puede derivar en situaciones de estrés que la persona no puede controlar. Laura Coccaro, psicóloga (UBA), lo explicó ante El Diario Sur. “En la mayoría de mis pacientes el mayor protagonista es la frustración por trabajar muchas horas y lograr abastecer económicamente únicamente las necesidades básicas, sin lograr proyectos y satisfacciones personales”, aseguró la profesional.
“A esto se suma que debido a la situación económica el trabajador debe hacer horas extras que evitan el disfrute de gustos personales durante el día o más horas de sueño”, destacó Coccaro. Y agregó: “La situación económica es el factor externo que limita los proyectos a largo plazo, considerando más accesibles otros a corto plazo, sin tener la ilusión del acceso a la posibilidad de una vivienda propia por ejemplo. Eso genera desvalorización, frustración y angustia”.
En cuanto a las herramientas con que cuenta la terapia, Coccaro subrayó que “se trabaja la organización y planificación diaria mediante un cronograma diario donde el paciente pueda ubicar sus prioridades, no solo sus responsabilidades laborales sino también otros disfrutes a nivel personal ya sea una actividad física, actividades recreativas como paseos o vacaciones evitando la rutina diaria permanente”
Además, puntualizó que “uno de los principales objetivos con los que trabajo es en fortalecer la personalidad imponiendo la puesta de límites al empleador teniendo en cuenta lo pautado antes del ingreso al ámbito laboral. De esta forma se evitan consecuencias como baja autoestima, frustración personal por la sensación de miedo a la pérdida del trabajo”.
Nidia, enfermera del Hospital de Oncología: “Este trabajo carece de experiencias positivas”
Nidia Cano tiene 22 años y trabaja como enfermera en el Hospital de Oncología de Lanús hace dos. Trabajo como enfermera en un hospital oncológico hace aproximadamente 2 años. “El cuidado de pacientes va desde mejorar el estilo de vida y su tratamiento hasta acompañarlos en sus últimos momentos de vida”, aseguró la joven en diálogo con El Diario Sur.
“Es un tipo de trabajo que mayormente carece de experiencias positivas, ya sea por la misma carga de trabajo o por encontrarte en una situación donde la persona que venías cuidando, estaba mejorando y empieza a decaer”, relató Nidia. “O por el mismo ambiente laboral, el cual es muy competitivo y tóxico”, completó.
“En mi caso yo me he encontrado a mí misma sin poder dormir bien durante varios días seguidos o buscando formas poco sanas de poder relajarme. Intento buscar otras alternativas para manejar estas situaciones y busco de añadir hábitos a mi día a día que me ayuden a sobrellevar las emociones negativas que surgen a veces”, comentó la enfermera sobre las estrategias para afrontar los malos momentos en el trabajo.
“Empecé a trabajar a los 16 años en distintos ámbitos y si bien todo trabajo puede generar cierto nivel de estrés, es la primera vez que me encuentro teniendo estos síntomas”, manifestó Nidia. Y agregó: “Creo que el nivel de estrés laboral se reduciría en gran medida con la guía de alguien capacitado que pueda brindar estrategias y herramientas para poder afrontar situaciones complicadas o simplemente un apoyo emocional”.
Marcos pegó el portazo: “Los mozos me insultaban y los clientes se quejaban”
Marcos Sarabia tiene 24 años y es vecino de Ezeiza. Trabajó durante varios años y hasta hace poco tiempo como camarero para una empresa de eventos que realizaba eventos en distintas partes de CABA y el Conurbano.
“Había que hacer de todo, desde armar el evento hasta acomodar a los invitados cuando empezaba la fiesta. Ni bien pasaba eso había que empezar a bandejear las bebidas y la comida”, contó Marcos a El Diario Sur.
“Todo el tiempo teníamos que estar yendo y viniendo desde la cocina, y no nos podíamos sentar en ningún momento del evento que duraba casi doce horas incluyendo el armado y el desarmado de las mesas”, detalló el joven. Y agregó que “teníamos que hacer todo muy rápido. Los cocineros te insultaban y los invitados se quejaban porque querían un menú especial siendo que no es restaurante”.
Marcos decidió renunciar hace poco más de un mes por las exigencias del empleo en el que estuvo casi dos años y que le generó complicaciones en la salud. “De estar tanto tiempo parado me agarró una lumbalgia bastante dolorosa, ya no podía seguir así y ahí decidí renunciar”, finalizó el vecino de Ezeiza.
La situación económica favorece al burnout: desde el pluriempleo al temor a perder ingresos
Una de las causas fundamentales del aumento de personas afectadas por el burnout es la situación económica y su relación con el trabajo. “La situación laboral en Argentina hoy es bastante compleja, los niveles de desempleo se encuentran dentro de los más bajos de la historia reciente pero los niveles de empleo informal en el país que son altos y la inflación en ascenso corroe el poder adquisitivo del salario mes a mes”, detalló a El Diario Sur el economista de la UNDAV, Félix Schmidt.
“Hay muchoss asalariados formales que se encuentran por debajo de la línea de la pobreza. Los precios entraron en una dinámica muy difícil de seguir principalmente para los trabajadores que tienen menor poder relativo de negociación”, manifestó Schmidt. Y añadió: “Las personas se esfuerzan y se exceden de responsabilidades por temor a perder el único ingreso estable que tienen, además para demostrar que hay eficiencia”.
En ese contexto, mencionó al pluriempleo como uno de los factores que explican el aumento del burnout. “Como está difícil llegar cómodos a fin de mes, ni hablar de ahorrar, está habiendo un fenómeno donde las personas tienen más de un trabajo para garantizarse una fuente de ingresos extra que le permita vivir un poco mejor, como pueden ser trabajos a tiempo elegible en aplicaciones como Uber o Pedidos Ya”, aseguró Schmidt.
Por otra parte, destacó que la legislación laboral argentina no permite la conciliación entre la vida laboral y la familiar. “La ley argentina, en materia de días de descanso, sigue siendo antigua. Es el país con la jornada laboral más alta de la región con 48 horas semanales”, afirmó. “Las vacaciones de 14 días también quedaron entre los países con menos descanso de América Latina”, concluyó.
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