A pesar de la ola calor con temperaturas que se arrimaron a los 40 grados, a nivel visual hay postales en la región que parecen sacadas del otoño: hojas amarillas caídas de los árboles en plazas, calles y veredas. Este fenómeno tiene una explicación y un profesional de la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ) la compartió ante El Diario Sur.
“Es muy evidente que estamos teniendo un déficit de agua que viene desde el 2020. En tres años y medio nos faltó un año entero de lluvia”, sostuvo Alberto De Magistris, Ingeniero Agrónomo y Doctor en Ciencias Biológicas que trabaja en la Facultad de Ciencias Agrarias de Lomas de Zamora.
Según explicó el profesor, “los árboles se valen de sus raíces para ir profundo porque en el subsuelo siempre hay humedad”: “El problema es que ahora el déficit de agua también está en el subsuelo, la tierra está muy seca y el agua no puede infiltrar bien”.
“Ante la sequía, los árboles cierran los pequeños poros de sus hojas para no perder más agua y no ingresa dióxido de carbono. Esto hace que sus hojas se amarillen”, aseguró De Magistris. Y agregó: “Es una defensa natural de la planta, que prefiere perder sus hojas para después brotar”.
Cabe destacar que los árboles que perdieron sus hojas es posible que no vuelvan a recuperarlas hasta la primavera. “La hoja que empezó este proceso no se recupera, es como lo que ocurre en otoño. Los árboles van a quedar pelados”, destacó el profesional.
En ese sentido, aclaró que “lo más conveniente es que los árboles no vuelvan a brotar, porque estaría gastando energía en algo que no va a funcionar y corre más riesgo de secarse”.
Cabe destacar que, si bien llovió durante estos últimos días, según el profesional no habría un cambio en cuanto a este fenómeno debido a que las hojas ya comenzaron el proceso y van a terminar cayéndose tarde o temprano. Además, se necesita una gran cantidad de agua para que el subsuelo vuelva estar en condiciones de hidratar a los árboles, la cual no se consigue tan solo con algunas precipitaciones.
La importancia de regar
“Hoy en día para ayudar a un árbol no alcanza con un balde de agua, es necesario dejarle la manguera un buen rato”, señaló en diálogo con El Diario Sur Alberto De Magistris, Ingeniero Agrónomo y Doctor en Ciencias Biológicas que trabaja en la Facultad de Ciencias Agrarias de Lomas de Zamora.
Además, el profesional remarcó que es muy importante que aquellos vecinos que no quieran perder sus árboles no dejen de regarlos.
“La misma especie de árbol con media cuadra de distancia puede estar en situaciones muy distintas: depende de si se la riega y de la exposición al sol, entre otros factores. Si el sol es muy extremo la radiación genera más pérdida de agua”, concluyó De Magistris.
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