El pasado sábado se disputó el clásico patagónica en la Primera Nacional entre Brown de Puerto Madryn y Deportivo Madryn, que para San Vicente tenía un condimento especial por tener a dos jugadores surgidos en el distrito enfrentados: Maximiliano Luayza y Julián Eseiza. Pero el partido terminó en un escándalo signado por la violencia.
Escándalo en el clásico de Puerto Madryn que enfrentaba a dos sanvicentinos: cómo les fue a Maxi Luayza y Julián Ezeiza
El clásico que enfrentaba a los sanvicentinos Julián Eseiza y Maxi Luayza en Puerto Madryn terminó en escándalo. Victoria 1 a 0 para Deportivo.
Es que en la victoria 1-0 de Deportivo (donde juega Eseiza) con gol de Facundo Giacopuzzi, Brown (donde juega Luayza) terminó jugando con ocho futbolistas por la expulsión de tres hombres. Además, el partido estuvo detenido diez minutos por el impacto de un proyectil en Nicolás Herranz y el arbitraje de Bruno Amiconi dejó mucho que desear.
A pesar de que venían siendo titulares, a Luayza y a Eseiza les tocó arrancar en el banco en el clásico. Eseiza ingresó en Deportivo a los 18 minutos del segundo tiempo por Ignacio Penipil, mientras que Maxi entró por Hugo Sandoval. Ninguno de los dos tuvieron participaciones para destacar porque el partido fue opacado por la violencia constante de las gradas y el contexto que se vivía marcado por la tensión.
La primera polémica del partido ocurrió a los 16 minutos del primer tiempo, cuando el juez tomó la determinación de sacarle roja a Cristian Gorgerino por un presunto golpe a Bruno Pérez. Si bien hubo un contacto, la impacto no pareció haber sido merecedor de esa sanción, lo que generó la bronca por parte de la visita.
Como si fuera poco, a los 41' de la primera etapa, Román Riquelme también se fue a las duchas. En ese caso, el volante central de Brown le dio un codazo a un rival, motivo por el que Amiconi lo expulsó de manera correcta. Aunque la tensión creció en el complemento, cuando los hinchas del Aurinegro empezaron a tirar fuegos artificiales y uno de ellos impacto cerca de uno de los ojos de Nicolás Herranz.
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Ya cerca de la culminación, Mario Galeano también vio la roja por una supuesta agresión. ¿Qué pasó? El panorama volvió a levantar temperatura, los jugadores se cruzaron otra vez, los fanas del local empezaron a arrojar objetos desde la platea y hasta hubo golpes en el ingreso al vestuario. Escándalo, polémica y un clásico que terminó en bochorno.
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