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A contramano del fatalismo de los fatalistas

Si Sarmiento viviera, y viera TN repetiría hoy aquel memorable discurso en el Senado: "Necesito que el video conste en actas, para que se sepa con qué clase de necios he tenido que lidiar"

María Laura Tramezzani es economista y ex directora de JP Morgan(una de las empresas de servicios financieros más antigua del mundo). Esta semana visitó los estudios de TN y Canal 13. Llegaba el fin de la entrevista cuando Nicolás Wiñasky quiso saber qué pasaría si la invitaban dentro de un mes, “...¿es optimista?”, preguntó el periodista.

Aquí su respuesta: “te diría que tengo una grandísima preocupación por el largo plazo argentino, mucho más que por el corto plazo. Y esa gran preocupación es demográfica, no económica. ¿Por qué? Porque vos tenés que el 50% de la población argentina es pobre. La mitad de los jóvenes de menos de 15 años son pobres, y los restantes tienen recursos. Esa población pobre se reproduce por familia de a 5 hijos por pareja, mientras que la población con recursos se reproduce con 2 hijos por pareja. De la población con recursos, la juventud con muy buena educación se está yendo a Australia y a España, donde les dan oportunidades. En esa población con recursos también hay una importante cantidad de clase pasiva. Esto quiere decir que con la proyección de tres generaciones de esta situación, si no hacemos algo urgente, la Argentina tendrá el 80% de su población pobre”. Wiñasky dijo: “entendí, gracias”; y la despidió.

Todo en televisión (y en vivo), para quien lo quiera ver...

No voy a analizar la posición de la economista, ni a valorizar de ningún modo su concepto: “se reproducen...”. Que de eso se encargue la historia (Cobos dixit).

Prefiero desandar el camino del fatalismo de los fatalistas.

El primer Censo Nacional de la República Argentina se realizó entre el 15 y el 17 de septiembre del año 1869, bajo la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento. Por entonces la JP Morgan ya tenía 70 años de vida en Nueva York.

El relevamiento de Sarmiento determinó que la población nacional era de 1.830.214 habitantes. Entre ellos, la población rural era del 72% y el 77% eran analfabetos (sí, leíste bien: el 77%). Hace 151 años casi 8 de cada 10 argentinos no sabían leer ni escribir. Los nacidos en el país eran 745.793 varones y, curiosamente, había más mujeres (783.567) mientras que la población extranjera eran 152.000 varones y 60.000 mujeres. En1869 había en nuestro país 439 abogados, 8653 agricultores, 240 arquitectos, 2307 educadores, 191 ingenieros, 9602 militares (4 veces más que los maestros), 1781 mineros, 438 médicos y 1047 curanderos (volviste a leer bien, los curanderos duplicaban a los médicos).

Si hubiese habido por entonces una directora de JP Morgan en el país, su pronóstico a tres generaciones podría haber anunciado inminente desaparición o el regreso a la etapa prehistórica de cazadores y recolectores.

Sin embargo, Sarmiento sacó dos conclusiones claras: el país era un desierto que debía poblarse y también educarse si deseaba instalar una República y una democracia. Y para ello trazó un plan de gobierno que: Promulgó la Ley de Subvenciones, garantizando fondos para crear 800 nuevas escuelas y comprar materiales de estudio y libros; incrementó la población escolar de 30.000 a 110.000 alumnos; fundó las escuelas normales de Paraná y Tucumán; creó la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares y numerosas colonias y escuelas agrícolas en varias provincias, el primer Observatorio Astronómico, de la Oficina Meteorológica y la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba; implementó el Código Civil; creó el Boletín Oficial; construyó el Ferrocarril Trasandino y ramales en el Litoral, y los puertos de Zárate y San Pedro, y el Correo y el Telégrafo y fundó el Colegio Militar de la Nación y la Escuela Naval Militar, entre otras medidas.

Dos generaciones después (le devolvemos una que nos sobró a la JP Morgan), ayudada por el contexto económico y social global, la Argentina era una de las potencias del mundo en agricultora, exportación de granos y carnes, y el país más desarrollado de América latina en materia educativa.

No fue magia. Fue una decisión política de un personaje tan controvertido que aún hoy discutimos, pero que sabía lo que quería y se las arregló para ir por ello. Si Sarmiento viviera, y viera TN repetiría hoy aquel memorable discurso en el Senado (que adaptaré para nuestra ocasión 2020): “Guarden el video de esta señora, porque necesito que las generaciones venideras sepan que para ayudar al progreso de mi país, he debido adquirir inquebrantable confianza en su porvenir. Necesito que el video conste en actas, para que se sepa con qué clase de necios he tenido que lidiar".

Buena semana.

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