Columnista |

Una salida al Resentimiento

La licenciada Mónica Dreyer nos trae su columna semanal de opinión: “Una salida al Resentimiento”.

El resentimiento es una emoción difícil de aceptar aunque importante procesarla, ya que conduce a un desgaste físico y psíquico. El resentimiento según Norberto Levy es dolor y enojo retenidos y es corrosivo. Según otras líneas, en el resentimiento hay un hecho fáctico que no puedo cambiar.

El fallecimiento de un ser querido, un divorcio, un aumento de sueldo no otorgado, el quiebre de la empresa (algo o alguien siento me perjudicó) El problema se complica cuando por ejemplo en una relación de pareja comienzan los reproches, las recriminaciones.  “Hiciste tal cosa que me perjudicó” y como el resentimiento se acerca a la ira, pueden aparecer palabras hirientes, crece la tensión y así se pierde el foco.  

Sin embargo el primer paso es  RECONOCER nuestro dolor, sentir el dolor con dignidad. No es un signo de debilidad. Al contrario, hay que poder tolerarlo. Y luego EXPRESAR el dolor de manera constructiva, cuidando las palabras. ¿Quiero herir o quiero encontrar una mejor solución?  No de forma acusatoria “hiciste tal cosa” que lo pondría al otro a defenderse de la acusación. Sino dese mi sentir, desde mi profundo sentir. “Me duele muchísimo tal cosa…” Y entonces sí hacemos un RECLAMO

“Considero que me corresponde tal cosa”  Quizás no consigamos nada de parte del otro pero empieza nuestro propio camino de sanación. Y luego viene la ACEPTACIÓN de lo que pasó… (el fallecimiento, el quiebre, el abandono, lo que tendría que haber ocurrido y no ocurrió). Y por último el PERDÓN, entendiendo las limitaciones del otro o de la situación. El perdonar no libera de responsabilidad a quien se considera nos perjudicó. Sino que libera a quien perdona.

Cuando leía que el camino es la aceptación y el perdón, yo misma me rebelaba…. Y decía ¡Pero esto no es nada fácil!  ¡Hay que tener un nivel espiritual muy alto! Y no, no es fácil! Sin embargo es el camino hacia la liberación. Me permite volver a reconstruirme.

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