Este viernes participé de una reunión de becarios argentinos que estamos haciendo maestrías en España con el embajador de nuestro país en Madrid. Fuimos nueve: tres bonaerenses y seis cordobeses. Me tocó ser el único representante del Conurbano.
Correo desde Madrid: talento argentino con insumos españoles
Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).
Además del tour por la coqueta Embajada, un palacio que perteneció a una familia noble, me sorprendió el nivel de preparación y talento de mis compañeros becarios, que venían de diferentes carreras y están cursando sus masters en diferentes universidades de España, ahora financiados por la Fundación Carolina, del Gobierno español. Una de ellas es bioquímica y también becaria del Conicet, y trabaja en un proyecto de investigación sobre la composición de las retinas oculares que podría tener alcances de magnitud para la oftalmología.
Esta becaria, oriunda de Bahía Blanca, contó ante el embajador que su investigación se había quedado desfinanciada en la Argentina desde que asumió el gobierno de Javier Milei y detalló la diferencia que existía con su nuevo laboratorio en España, donde tenía los materiales que necesitaba desde el momento en que llegó. La distancia en el presupuesto le resultaba pasmosa. No así la de talento o esfuerzo por parte de los investigadores locales comparados con los argentinos.
Leé más:
Correo desde Madrid: la despedida de Sabina en su ciudad
Todos contamos historias de nuestra estadía ibérica que abonaban a la misma noción: que estamos acostumbrados a trabajar más que ellos, que tenemos más creatividad y empuje, que ni el más vago de los argentinos que conocemos corta con sus obligaciones a las dos o tres de la tarde. Pero, con todo eso, las diferencias entre ambos países son muy notorias, tanto en infraestructura como en nivel de vida (España tiene la misma población que la Argentina y triplica su PBI).
No se trata de tirarles tierra a los españoles: viven en un país rico, democrático y moderno y han trabajado para construirlo. Es lógico y saludable que defiendan su estilo de vida con sus sagrados cafés de las 11 de la mañana y sus cervecitas en las veredas desde las seis. Se trata de preguntarnos por qué nosotros, que cuando salimos al mundo parece que somos los campeones en todo, estamos tan lejos de sus resultados.
Hay líneas de argumentos históricos, geográficos, económicos y sociales que pueden explicar tanto la buena suerte de los españoles como la larga decadencia argentina. Pero en la investigadora que en Argentina no consigue insumos y acá en Madrid se encuentra con un laboratorio lleno hay una parte importante de la respuesta.

