En 1997, Roger Fidler publicó “Mediamorfosis: Comprender los Nuevos Medios”. Periodista e investigador de origen checo, Fidler fue pionero en el estudio de la relación entre tecnología y comunicación.
Cuando lo nuevo es viejo y lo viejo es nuevo
Por Francisco Monzón (@flmonzon).
Imaginó y diseñó el prototipo de la primera tableta digital. La pensó como la sucesora del diario de papel. El concepto de mediamorfosis viene por ese lado.
Fidler utiliza la idea de ecosistema aplicada a los medios. Las nuevas tecnologías permiten que nuevas especies ingresen a ese ecosistema que, durante el siglo XX, estaba conformado por los medios gráficos, la radio, la TV y el cine.
Para retratar el choque de lo viejo y lo nuevo introduce el concepto de complementariedad. Las nuevas tecnologías no necesariamente sustituyen a las anteriores, sino que las obligan a transformarse.
Así, para no desaparecer como los dinosaurios, los viejos medios se ven obligados a una adaptación “metamórfica”. Fidler nos dice: "En vez de morir, al emerger nuevas formas, el principio de supervivencia sugiere que formas más antiguas se adaptarán y continuarán evolucionando en sus dominios".
En estos casi treinta años, la evidencia es contundente. Los medios tradicionales han debido reinventarse para sobrevivir en un ecosistema cada vez más saturado.
La televisión, audiovisual por esencia, se expandió a múltiples pantallas: clips diseñados para redes sociales, transmisiones en vivo en plataformas de streaming y repositorios en YouTube para llegar a nuevas audiencias.
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Los diarios sacaron a sus periodistas de la redacción y los pusieron frente a las cámaras: Clarín y La Nación hoy incluyen en sus portales segmentos audiovisuales donde cronistas cuentan las noticias, un híbrido entre prensa escrita y noticiero televisivo.
La radio, que durante décadas se enorgulleció de su carácter sonoro, también se transformó. De las primeras cámaras fijas en los estudios pasamos a complejas instalaciones con tecnología 4K y realizaciones multicámara. Urbana Play sintetiza este cambio con un eslogan que parece una paradoja: “la radio que ves”.
Como ya mencionamos, estimado lector, los medios tradicionales se ven obligados a evolucionar. Pero lo más interesante es que los nuevos medios también se metamorfosean para parecerse a los viejos.
Es el caso de YouTube, una de las primeras plataformas de la era digital, que terminó convertida en la “nueva televisión” para las generaciones más jóvenes. Este mes dio un paso decisivo al transmitir de manera exclusiva y global un partido de la NFL (la liga del fútbol americano), con el antecedente de ser la pantalla de los Juegos Olímpicos de 2020 y 2024. Ocupa, de a poco, un terreno colonizado por los canales de TV de aire y cable.
También Netflix, que nació para romper con la lógica de la TV, hoy replica sus estrategias: rediseñó su interfaz para acercarse a la de YouTube, incorporó videojuegos y un feed vertical al estilo TikTok o Reels. Otra novedad es laincorporación de contenido en vivo y la exploración de nuevos formatos, como los eventos deportivos. La pelea entre Canelo y Crawford, emitida sin costo adicional para los suscriptores, marcó un hito en un mercado acostumbrado al modelo depay per view(pagar para ver). Desde la compañía norteamericana sostienen que con la nueva estrategia buscan atraer a segmentos de audiencia hasta ahora poco explotados.
Spotify, que se presentó como la revolución del audio, avanza con determinación hacia el video. Incluye podcasts filmados, videoclips musicales, fragmentos cortos bajo el nombre “Clips”, para vídeos cortos al estilo TikTok, y un refuerzo audiovisual en su pantalla principal. Su objetivo no es solo sumar usuarios; también busca competir en el terreno publicitario, donde el video sigue siendo rey.
Desde finales del siglo XIX los adelantos tecnológicos permitieron que surgieran medios de comunicación que aportaban novedades, ya sea en el plano del soporte como en el de las prácticas de consumo que imponían a las audiencias. Del trabajador que leía el diario en el tranvía regresando a su casa a la familia reunida para escuchar una radio a galena que ocupaba un lugar estelar en el living, espacio que luego le sacaría la televisión.
En la actualidad, nos enfrentamos a un escenario totalmente opuesto. La diferencia hoy es la velocidad y la dirección del cambio. La tecnología evoluciona a un ritmo mucho más acelerado que hace cien años, pero en lugar de diversificar, parece tender a la concentración.
Hoy, todos los caminos conducen a la pantalla.