El empleo asalariado formal sigue en retroceso en la Argentina y el impacto se siente también en los barrios de Esteban Echeverría. Según el último informe del Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) de la UBA, el país perdió casi 190 mil puestos de trabajo formales desde noviembre de 2023, mientras que el salario mínimo real cayó un 32% en el mismo período. En ese contexto, cada vez más vecinos buscan en las ferias y el trabajo independiente una forma de sostener sus ingresos.
Vecinos de Echeverría se reinventan ante la caída del empleo formal
El empleo formal cayó en todo el país y el salario mínimo perdió 32% de poder real. Vecinos de Echeverría buscan alternativas para afrontar la crisis.
12 de octubre de 2025 - 11:00
Caída del empleo formal y deterioro del salario mínimo
El informe de EDIL detalla que en junio de 2025 el país contaba con 10,1 millones de trabajadores registrados, pero el empleo asalariado formal total cayó por tercer mes consecutivo.
La pérdida mensual fue de 4,1 mil puestos, y la contracción desde noviembre de 2023 alcanza los 190 mil empleos. El sector privado explica la mayor parte de esa retracción, con 114 mil empleos menos, mientras que el sector público perdió 57 mil desde fines de 2023.
En paralelo, el salario mínimo, vital y móvil (SMVM) se redujo en términos reales un 32% desde noviembre de 2023, ubicándose incluso por debajo del nivel previo a la crisis de 2001. Aunque el salario promedio del sector privado tuvo una leve mejora en julio (+0,3%), no logró compensar la pérdida de poder adquisitivo acumulada.
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“Hoy no se puede vivir solo de la feria”
En Monte Grande, Gabriel Martínez, que trabajaba en una fábrica de joyas, contó que debió reinventarse para poder subsistir. “Empecé con la bijouterie porque trabajaba en Once en un mayorista, aprendí a fabricar cosas y cuando me quedé sin trabajo me puse a vender por mi cuenta”, relató en diálogo con El Diario Sur.
Sin embargo, reconoció que la situación no es sencilla: “Hoy no se puede vivir únicamente de lo que se gana en las ferias. Estoy buscando trabajo, pero está difícil.” Martínez explicó que los costos para conseguir un puesto también aumentaron: “Antes uno podía pagar porque vendía, pero hoy si te piden 30 o 40 mil pesos es mucho riesgo.”
Una situación similar atraviesa Gabriela Carranza, vecina de Luis Guillón, que debió cerrar su local y continuar su actividad en las ferias y redes sociales. “Tenía negocio desde 2012 y hace cuatro años empecé a venir a las ferias porque no se vende. Este año es peor que los anteriores, está muy tranquilo, no se vende nada”, contó.
Carranza complementa sus ingresos con el sueldo de su marido y resumió el reclamo de muchos trabajadores informales: “Más trabajo. Lo único que pido es más trabajo.”
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Crisis en el empleo doméstico: 55 mil trabajadoras menos desde 2019
El empleo bajo el régimen especial de trabajadoras de casas particulares es uno de los sectores más golpeados dentro del empleo asalariado formal. Según los datos del informe de EDIL, este segmento acumuló 22 meses consecutivos de descenso entre agosto de 2023 y enero de 2025. Desde febrero de este año, el empleo se mantuvo relativamente constante, aunque lejos de los niveles previos.
En términos interanuales, el sector perdió 7 mil puestos de trabajo, lo que equivale a una caída del 1,5%, y respecto de noviembre de 2023 la contracción fue de 18 mil empleos (-4%). Desde el máximo histórico registrado en octubre de 2019, el empleo formal en casas particulares se redujo 11%, aproximadamente 55 mil trabajadoras menos, ubicándose en niveles similares a los de hace 12 años.
Este escenario refleja cómo la crisis del empleo formal impacta también en sectores tradicionalmente feminizados y con gran relevancia en el trabajo doméstico, empujando a muchas personas a buscar alternativas en la economía informal, como ferias y emprendimientos propios, tal como ocurre en Monte Grande y Luis Guillón.
En el mismo panorama de pérdida de empleo formal y aumento del trabajo informal, Flavia Barcia, otra vecina de Luis Guillón, encontró en las ferias una oportunidad para sostenerse económicamente sin dejar de lado la crianza de su hija. “Antes de mi emprendimiento terminé el secundario, hice varios cursos de todo lo que me atraía, incluso en la UTN: logística, transporte y seguridad vial. Me llevó a esto el saber que tenía que criar a mi nena”, expresó.
Con el paso del tiempo, Flavia consolidó su emprendimiento y participa activamente de las ferias locales. Reconoce que la situación económica afectó las ventas, aunque apuesta a la creatividad para seguir adelante: “Sí, la gente compra menos, pero siempre se tiene que innovar y poder llegar al bolsillo de la gente”.
Ferias, oportunidades y desafíos
Barcia explica que, aunque el ingreso que obtiene del emprendimiento es fundamental, su familia se sostiene con el esfuerzo conjunto. “Muchas veces vivimos de lo que ganamos en el emprendimiento, pero mi esposo trabaja también y sobrevivimos”, relató.
Sobre la experiencia de vender en ferias, asegura que disfruta del contacto directo con los vecinos: “Amo las ferias, saber que siempre pasa gente y poder charlar, hacer conocer productos que no conocen”. Pero también destaca las dificultades: “Los días de lluvia siempre complican para armar la feria”.
Según cuenta, la competencia por los espacios también es un tema recurrente entre los feriantes. “Muchos se bajaron y nuevos feriantes aparecen. Con respecto a los espacios, varios no quieren nuevos feriantes porque ellos están hace mucho tiempo o directamente no quieren que estén. Pero lo bueno de tener espacios pagos es que da la posibilidad a quienes no siempre podemos estar en la calle por falta de lugar o para evitar discusiones”, explicó.
Una economía informal en expansión
Según los datos del informe universitario, nueve de los trece sectores de actividad registraron caídas de empleo formal en junio, con pérdidas especialmente fuertes en Transporte, Servicios Inmobiliarios e Industria. En el caso de la Industria Manufacturera, la baja acumulada desde septiembre de 2023 supera los 40 mil puestos.
Mientras tanto, en los barrios crece la cantidad de personas que dependen de ferias, ventas informales o emprendimientos personales para subsistir. En palabras de Martínez, “conseguir espacios gratis sería lo mejor, porque somos muchos feriantes y la venta hoy no alcanza para pagar un lugar.”
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