La jueza federal María Servini dictó el procesamiento sin prisión preventiva del cabo primero de Gendarmería Nacional Héctor Jesús Guerrero. Está acusado por las lesiones gravísimas sufridas por el fotógrafo Pablo Grillo, vecino de Lanús, durante la represión de la marcha de jubilados del pasado 12 de marzo en el Congreso.
Procesaron al gendarme que hirió gravemente al fotógrafo Pablo Grillo en el Congreso
El fotógrafo fue herido en la cabeza durante la represión frente al Congreso. El gendarme está acusado de abuso de armas y lesiones gravísimas.
La resolución del Juzgado Criminal y Correccional Federal N°1 imputó a Guerrero por los delitos de lesiones gravísimas y abuso de armas agravado por su condición de miembro de una fuerza de seguridad. Según la investigación, el gendarme efectuó seis disparos con una pistola lanza gases FM fuera de todo protocolo.
Uno de esos proyectiles impactó en la cabeza de Grillo, que se encontraba tomando fotografías a 47 metros de la línea de las fuerzas de seguridad. El cartucho atravesó una barricada y le provocó lesiones que pusieron en riesgo su vida y, de esta manera, le dejaron secuelas neurológicas y físicas severas.
Cómo identificaron al autor del disparo
La jueza determinó la responsabilidad de Guerrero a partir de un análisis de videos y fotografías aportados por organismos de derechos humanos, medios periodísticos, la propia Gendarmería y la querella. Entre los elementos claves para identificarlo estuvieron la inscripción “Picha” en su casco, el uniforme diferente al del resto de los agentes y la confirmación de que solo dos efectivos tenían ese tipo de arma ese día.
Las pericias permitieron trazar la trayectoria del proyectil desde la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís, donde Guerrero disparó en forma horizontal y antirreglamentaria. El informe del Cuerpo Médico Forense detalló que Grillo sufrió fractura de cráneo, hematomas intracraneales y otras lesiones de extrema gravedad. Tras múltiples cirugías e internación prolongada, continúa postrado, con deterioro cognitivo severo y sin poder valerse por sus propios medios.
La salud de Pablo Grillo
Los especialistas señalaron que las lesiones pusieron en peligro su vida y le dejaron secuelas permanentes. Su cuadro de salud no evolucionó favorablemente desde marzo. En ese sentido, la jueza Servini analizó la normativa vigente sobre el uso de la fuerza y concluyó que el gendarme violó el protocolo que prohíbe disparar cartuchos de gas en línea recta o hacia personas.
La investigación determinó que Guerrero no era un efectivo inexperto: contaba con diez años de servicio y era instructor de tiro. Para las autoridades, actuó con dolo eventual, al representarse la posibilidad de causar un daño grave y aceptar ese riesgo al disparar de manera prohibida.
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