Esas casi 4.821.000 dosis que según la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, tendrá disponible el país en las próximas semanas, corresponden al contrato que Argentina cerró con AstraZeneca en noviembre del año pasado, en el que acordó la compra de 22.400.000 vacunas.
La primera parte de dicha vacuna se produjo en la Argentina, en el laboratorio mAbxience de la localidad de Garín, donde se elaboraron los elementos activos de las dosis, que fueron enviados a México para ser terminados y distribuidos por todo Latinoamérica. El retraso en la entrega fue extenso y polémico, pero desde México ya comunicaron que se destrabaron los procedimientos y se empezaron a liberarse cargamentos para su redistribución.
Sin contar las próximas 500.000 dosis de Sputnik V que llegaron hoy ni las 4.821.000 que se esperan recibir hasta finales de mayo, por el momento la Argentina recibió un total de 12.198.250 vacunas, entre Sputnik V, Sinopharm y AstraZeneca.
De ese total, 6.035.850 corresponden a Sputnik V (4.975.690 del primer componente y 1.060.160 del segundo), 4.000.000 a Sinopharm, 580.000 a Covishield/AstraZeneca, y 1.082.400 de AstraZeneca que se recibieron a través del mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud.
Se estima que, ante los nuevos arribos, el país alcance las 17.519.250 dosis.
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Además de esas 22.400.000 de vacunas que el gobierno le compró en noviembre a la compañía anglo-sueca AstraZeneca, fusión entre el laboratorio sueco Astra AB y la farmacéutica británica Zeneca Group, desde el Ejecutivo también adquirieron en agosto unas 20.000.000 de dosis de la Sputnik V, otras 9.000.000 de vacunas con el fondo Covax y otras 4.000.000 de Sinopharm en febrero.
Cuando se completen las entregas en su totalidad (solo el laboratorio chino Sinopharm ya cumplió con el contrato), Argentina habrá importado unas 55.400.000 de vacunas contra el coronavirus.
Para inmunizar a los casi 45 millones de argentinos, y teniendo en cuenta que cada uno debería ser inoculado con dos dosis, al gobierno se la presentan varias alternativas, entre las que destacan las negociaciones con el Instituto Gamaleya y el laboratorio Sinopharm para producir sus vacunas en la Argentina (podrían fabricar entre uno y cinco millones de cada una al mes) y la posibilidad de inocular a la población con solo una dosis de la vacuna rusa, luego de que se aprobara la Sputnik Light (versión monocomponente de la Sputnik V), ya sea con las que restan por arribar al país o con las próximas a producirse en territorio nacional.